Agustín José de Mestre y Rodríguez

Logros profesionales:

Farmacéutico que siendo niño sus padres se trasladaron de Piedrahita a Turégano, donde fueron los encargados del cultivo del huerto que poseía el obispo de Segovia. Dicho obispo llevó consigo a Segovia a Agustín y le costeó la carrera eclesiástica.
Ingresó en el seminario y en el permaneció durante cuatro años, pasado este tiempo comprendió que no tenía vocación y se salió del Seminario. Los conocimientos allí adquiridos de Latín y Filosofía le sirvieron para acercarse a la carrera de Farmacia. Realizó las prácticas en la farmacia que en Segovia poseía Miguel de los Reyes.
Además, en aquel tiempo acudía a las lecciones de Química que explicaba, en la Academia de Artillería de Segovia, Loius Proust.
Tras obtener su título de farmacéutico, comenzó a trabajar en la farmacia que los monjes Jerónimos poseían en el Real Monasterio del Escorial, que disponían de un abundante material de laboratorio y una amplia biblioteca.
Tras el fallecimiento de Juan López Núñez el 1794, que era el farmacéutico de la Casa Real, se produjo una vacante, ese mismo año se celebró una oposición, a la que Mestre se presentó ocupando el número uno y se le concedió por unanimidad el nombramiento de Boticario de Cámara tercera clase en Real Orden de 25 de agosto de 1974, ocupando la séptima plaza. Llegó a ocupar la primera plaza de la clase indicada el 21 de abril de 1799.
En 1807 fue ascendido a Boticario de Cámara de segunda clase, ocupando la quinta plaza, y el mismo año se le nombró primer boticario del ejército de Galicia.
Fueron meritorios sus servicios prestados durante la guerra de independencia, en la que se prestó como farmacéutico voluntario por estar suficientemente capacitado para organizar el servicio y dirigir la elaboración de productos medicinales.
Mestre continuó sus servicios como Primer Boticario del Quinto Ejército, hasta el 25 de abril de 1811 que se le nombró de la Junta de Farmacia, pasando a Cádiz, en donde permaneció hasta 1814, restituyéndose a Madrid para seguir sus servicios en la Farmacia del Palacio Real. Durante su estancia en Cádiz consiguió importantes mejoras para la farmacia militar.
Mestre llegó a ser el más antiguo de los farmacéuticos de la Casa Real que, habiendo servido en los ejércitos durante la Guerra de Independencia, vivía aun al terminar esta.
A finales del año 1814, o principios de 1815, fue nombrado, en propiedad, vocal de la Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia, y el 5 de marzo de 1815 se le nombró Boticario Mayor de los Reales Ejércitos, pues dicha plaza estaba vacante tras el fallecimiento de Gaspar de Castro.
Fue nombrado presidente del Real Colegio de Farmacéuticos de Madrid en 1816.
En 1820, por revueltas políticas, Mestre fue privado de su empleo de Boticario Mayor, pero años más tarde, con la llegada de Fernando VII a Madrid fue repuesto por R.O. de 11 de octubre de 1823, permaneciendo junto al monarca hasta el fallecimiento de este.
Desde esta época se dedicó a la reorganización de la Farmacia Militar.
Tras la muerte de Fernando VII, Mestre fue jubilado por R.O. de 11 de marzo de 1834, y poco más tarde separado de la plaza de Boticario de Cámara, el 9 de agosto de ese mismo año.
Además de farmacéutico, poseía el título de Doctor en Química, fue nombrado director de la Real Junta de Farmacia -establecida interinamente en Cádiz- en 1811, ministro del Tribunal del Protomedicato en ese mismo año, donde desempeñó el papel de secretario, individuo supernumerario de la Real Academia Española y académico de número de la referida Academia Española, en la vacante producida por Casimiro Flórez Canseco. Además, fue académico de número de la Real Academia Médica de Madrid, académico correspondiente de la Real Academia Médica de Murcia.
Poseía distintas condecoraciones como la Cruz de Caballero de la Orden de Isabel la Católica.

Redactó las voces de Historia Natural para la sexta edición del Diccionario de la Academia de la Lengua.
Escribió:
«Discurso pronunciado al tomar posesión de la Presidencia del Colegio de Farmacéuticos», en: La Voz Farm. XXI. 1889. p. 337.

Bibliografía:

Roldán-Guerrero R. Diccionario biográfico y bibliográfico de autores farmacéuticos españoles. Madrid: Imp. del P.H.O.E., 1975. Vol. 3. pp. 339-343.