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7.000 pacientes se están beneficiando de la dispensación en farmacias de medicamentos hospitalarios. De esta manera se consolida una de las medidas que propuso el Consejo General de Farmacéuticos en el inicio de la pandemia con el objetivo de facilitar el acceso a los colectivos más vulnerables, reducir riesgo de contagios, favorecer la adherencia a los tratamientos y reducir la presión asistencial sobre los hospitales. Propuesta que se consolidó el pasado 27 de marzo cuando el Ministerio de Sanidad autorizó a las Comunidades Autónomas a tomar medidas como la dispensación de medicamentos hospitalarios fuera del hospital a pacientes no ingresados.

Hasta la fecha autonomías como Andalucía, Cantabria, Aragón, La Rioja y Cataluña, han implantado este sistema, y otras lo están estudiando para extenderlo en sus territorios tras estas experiencias.  Se trata de un nuevo modelo colaborativo entre los Servicios de Farmacia Hospitalaria junto con los profesionales farmacéuticos de Farmacia Comunitaria  con la participación de la Distribución Farmacéutica, puesto en marcha en esta pandemia. El  modelo, desarrollado por el Consejo General y basado en la experiencia de Cataluña, garantiza la continuidad asistencial, el seguimiento farmacoterapéutico, la adherencia al tratamiento y que el medicamento llegue al paciente a través de un farmacéutico. 

El presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, Jesús Aguilar, señala que desde la profesión tienen la vocación de “desarrollar nuevos modelos de trabajo colaborativos entre todos nuestros farmacéuticos, independientemente de dónde desarrollen su actividad, que consigan todos juntos y de forma coordinada garantizar la seguridad del paciente y ofrecer la mejor dispensación y seguimiento de sus tratamientos”.  Además, concluye Aguilar, “esta es una alternativa que se ha puesto en marcha de manera excepcional en la pandemia, que está siendo bien valorada y que estamos evaluando convencidos de que aporta en términos de salud y de seguridad al paciente crónico y complejo”.

Pacientes vulnerables

Este modelo está beneficiando ya a 7.000 pacientes que habitualmente tenían que trasladarse a los hospitales a recoger su medicación, pacientes con elevado riesgo clínico, en cuarentena, inmunodeprimidos, con esclerosis múltiple, lupus o artritis, entre otros. Gracias a esta solución los pacientes pueden elegir si se les dispensa en su farmacia más cercana. Este protocolo, además, está evitando miles de desplazamientos, riesgos innecesarios y reduciendo tiempos y costes asociados para los pacientes. Pero sobre todo, garantiza la dispensación informada del medicamento por parte de un farmacéutico y la continuidad de los tratamientos, contribuyendo así a la adherencia y al éxito de la terapia farmacológica.  Por todo ello, está siendo ya motivo de análisis para conocer el verdadero alcance, su eficacia y eficiencia así como su impacto sobre la práctica colaborativa y la calidad de vida de los pacientes.