Dos centenares de los aproximadamente 500 farmacéuticos de la distribución que hay en España se han reunido hoy en Madrid en la 6º Jornada Profesional Buenas Prácticas de Distribución 2023.
Un encuentro profesional, que se retoma tras la pandemia, en el que los asistentes han puesto en común criterios profesionales y han tenido la oportunidad de actualizar conocimientos respecto a cuestiones vinculadas a la garantía de calidad o el análisis de riesgos en la gestión de los medicamentos.
Todo ello contando con la opinión de distintos agentes, incluyendo el punto de vista de la Administración Sanitaria.
Durante la inauguración el presidente del Consejo General de Farmacéuticos, Jesús Aguilar, ha destacado la gran aportación de “la distribución farmacéutica, un pilar esencial para combatir la mayor crisis sanitaria de los últimos 100 años”.
Una distribución en la que trabajan cerca de 500 farmacéuticos colegiados, “cuya actividad, en colaboración con las más de 22.000 farmacias, garantiza un acceso a la prestación farmacéutica en condiciones de igualdad, equidad y asequibilidad”.
Por último, Aguilar ha subrayado la importancia de todos los farmacéuticos para minimizar los problemas de suministro, asegurando su “contribución para detectar y comunicar estos problemas en tiempo real que se reforzará en los próximos meses con el lanzamiento de la versión 2.0 de CISMED, el Centro de Información sobre el Suministro de Medicamentos, con nuevas funcionalidades que permitirán adelantar tendencias gracias al uso de tecnología de machine learning”.
Labor del farmacéutico en la Distribución
Por su parte, el vocal nacional de Distribución del Consejo General de Farmacéuticos, Juan del Río, ha resumido en tres los objetivos de la jornada “cumplir con el compromiso del Consejo General de ser un referente en formación y actualización de conocimientos y competencias de todos los farmacéuticos; generar una oportunidad de compartir saberes y experiencias entre compañeros y, por último, contribuir a que se conozca la labor de los farmacéuticos de la Distribución”.
Además, del Río ha alertado del “riesgo de reducir los aspectos relativos al circuito físico de los medicamentos y productos sanitarios a una mera cuestión de transporte. Donde hay un medicamento, debe existir siempre el control de un farmacéutico, desde la primera a la última milla; en todas las transacciones y en cualquiera de ellas”, ha concluido.
La primera de las mesas, moderada por Mª Isabel Romero, gerente del Área de Control farmacéutico de Bidafarma, se ha dedicado a la Formación en Análisis de riesgos, impartida por Victoria Gardeta, socio consultor Clarens Consultores.
Gardeta, en su ponencia, ha repasado los aspectos clave en el análisis y gestión de riesgos, desde la normativa y los conceptos básicos, pasando por las herramientas, aspectos a considerar y valoración final. “La gestión de riesgos es algo útil y con efecto positivo sobre la empresa”, ha insistido.
A continuación, Mª Victoria Martínez, vocal de Distribución del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, ha presentado a Concepción Betés, inspectora del Servicio de Control Farmacéutico y Productos Sanitarios del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya, que ha detallado los Criterios de la inspección sobre control de temperaturas.
Betés ha recalcado la importancia de este control para mantener todas las propiedades del medicamento, señalado que “es importante que se tenga en cuenta que el registro de la temperatura no es al uso, tiene que hacerse dentro de un Sistema de Gestión de Calidad con procedimientos específicos y detallados”.
Por último, el jefe del Servicio de Inspección Farmacéutica de la Subdirección General de Inspección de Servicios Sanitarios de la Consejería de Sanidad de Galicia, Raúl Blanco, ha explicado los Criterios de la inspección sobre autoinspecciones e inspecciones a terceros, en una mesa que ha sido moderada por Mª del Mar Conejo de la Cruz, directora Corporativa de Dirección Farmacéutica y Calidad y Medioambiente de Hefame.
Blanco ha insistido en la idea de que las inspecciones no tratan de buscar dónde está el error, sino de favorecer la mejora continua. Entre los objetivos de las buenas prácticas de distribución ha enumerado los de garantizar la legalidad de la cadena, la calidad del proceso y la trazabilidad del medicamento.