La obtención de un fármaco innovador es fruto de una labor conjunta de investigadores que, en su mayor parte, suelen ser farmacéuticos. El mundo del medicamento es complejo y avanza a pasos agigantados, pudiendo afirmar que los conocimientos, la tecnología y la forma de concebir las hipótesis investigadoras, está cambiando vertiginosamente.
Las aportaciones de la Biología Molecular, de la Genética Clínica, de las nuevas tecnologías y de las Terapias Avanzadas, nos están presentando un escenario apasionante en el que los resultados de un investigador aislado poco valdrían si no tienen la conexión adecuada con el farmacéutico que vaya a manejar la innovación obtenida.
Dicho de otro modo, los conocimientos actuales que posee el farmacéutico y, sobre todo, su proyección hacia el paciente, concibiendo esta labor en un contexto socio-sanitario, han alcanzado la dimensión necesaria para que su actuación conjunta en sus distintas facetas, represente un valor social de primer orden en la resolución de los problemas sanitarios de la sociedad.
Actualmente no se concibe un farmacéutico investigador sin que exista una verdadera traslación de los resultados hacia el paciente.
Francisco Zaragozá García
Vocal Nacional de Investigación y Docencia