El Consejo de la Unión Europea ha adoptado formalmente una serie de conclusiones sobre el futuro de la Unión Europea de la Salud.

En estas, insta a la futura Comisión Europea a mantener la salud como prioridad a la vez que presentan una serie de retos a los que hacer frente, entre los cuales están la escasez de medicamentos, el cambio climático y las enfermedades no transmisibles.

De la misma manera, hacen un llamamiento a que se reduzca el consumo de antibióticos y se invierta en I+D de nuevos antimicrobianos, así como abogan por la creación de un "Centro de Inversiones Sanitarias de la UE" que proporcione apoyo "a la carta" a los países para proyectos sanitarios.