Farmacéuticos de toda Gran Bretaña organizaron una jornada de protesta el 20 de junio contra las políticas económicas del gobierno.

La Asociación Nacional de Farmacia (NPA) organizó esta protesta sin precedentes, alegando que los recortes de financiación durante una década han provocado un aumento del estrés y la desmoralización entre los equipos de farmacia.

Los farmacéuticos pintaron simbólicamente de negro sus ventanillas y vestirán atuendos de color negro, para poner de relieve los retos a los que se enfrenta el sector.

El momento de la protesta coincide con el momento en que las farmacias empiezan a operar con pérdidas debido a las obligaciones del NHS.

Además, el sector ha sufrido un descenso significativo del número de farmacias que ofrecen servicios del NHS, con cierres atribuidos a los recortes de financiación, el aumento de los precios de los medicamentos, la escasez de personal y un servicio de médicos de cabecera en crisis.