El COVID persistente (Long-COVID), se define como la persistencia o aparición de nuevos síntomas tres meses después de la infección por SARS-CoV-2, con una duración mínima de dos meses, que no pueden ser explicados por otras condiciones. A nivel global, alrededor de 40 millones de personas experimentan esta condición (2 millones en Reino Unido) y el 72 % de quienes lo padecen consideran que sus síntomas afectan negativamente a su vida diaria.
Hay estudios que indican que los pacientes con antecedentes de COVID-19 tienen tasas de consulta médica más altas que los no infectados, lo que podría aumentar los costes de atención primaria, aunque no hay evidencia só