La administración de 60 mg de denosumab dos veces por año reduce el riesgo de fracturas en mujeres posmenopáusicas con cáncer de mama que están siendo tratadas con inhibidores de la aromatasa, sin toxicidad adicional. Puesto que el principal efecto secundario del tratamiento del cáncer de mama puede reducirse sustancialmente por la adición de denosumab, se ha sugerido que este tratamiento debería ser considerado para la práctica clínica.