Un amplio estudio de casos y controles, con datos de más de 42.000 pacientes diagnosticados de cáncer, ha demostrado que el empleo a largo plazo de pioglitazona incrementa el riesgo global de cáncer en un 20%, y la combinación de insulina y sus análogos de acción intermedia-prolongada con los de acción rápida se asocia con un incremento del 22% del riesgo de cáncer. En cambio, ni el uso crónico de metformina (el fármaco más ampliamente empleado entre diabéticos tipo II), de glibenclamida, de acarbosa o de otros antidiabéticos no implica un mayor riesgo.
La diabetes es una de las enfermedades más pr