El péptido-1 similar al glucagón (GLP-1) es una hormona –incretina– humana derivada de la molécula de proglucagón o precursora del glucagón, que presenta distintos efectos fisiológicos y diferentes niveles: en páncreas, cerebro, células adiposas, corazón y tracto gastrointestinal. El uso de los análogos de GLP-1 (aGLP-1) está actualmente integrado en la práctica clínica, aprobados para el tratamiento (en monoterapia o como terapia coadyuvante) de la diabetes mellitus tipo 2 y para control del peso en la obesidad o sobrepeso unido a alguna otra comorbilidad (es el caso de semaglutida y liraglutida).
Según se ha sugerido, los receptores del GLP-1 (GLP-1R) están presentes más allá de los límites del páncreas, extendiéndose a multitud de órganos y tejidos de todo el cuerpo, lo que prueba su importancia más allá de la homeostasis metabólica. Sobre esa base, se están desarrollando recientemente distintos estudios que buscan investigar el potencial beneficio de los aGLP-1 en áreas como la neurodegeneración, la inflamación o la promoción de la salud cardiovascular.
En el caso concreto de la enfermedad de Parkinson (EP), los agonistas de GLP-1R, que han probado su capacidad de alcanzar concentraciones cerebrales medibles, se han asociado con hallazgos en algunas pruebas preclínicas sugerentes de una protección frente a la apoptosis mediada por citocinas y una posible estimulación de la neurogénesis. Otro ejemplo, ya en investigación clínica, es el del estudio LIXIPARK: un ensayo de fase 2, doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo, de 12 meses de duración, que evaluó el efecto de la lixisenatida en la progresión de la discapacidad motora en personas con EP. Los participantes, con un diagnóstico de la enfermedad en los 3 años previos al inicio, recibían una dosis estable de medicamentos para tratar los síntomas de la EP y no presentaban complicaciones motoras; fueron asignados aleatoriamente en una proporción de 1:1 a recibir diariamente lixisenatida por vía subcutánea o un placebo equivalente durante 12 meses, seguido de un periodo de lavado de otros 2 meses. Se aleatorizó a un total de 156 personas, 78 asignadas a cada uno de los dos grupos.
El objetivo principal del estudio fue medir el cambio desde el inicio hasta el mes 12 de la puntuación de la parte 3 de la escala validada MDS-UPDRS (Unified Parkinson’s Disease Rating Scale de la Movement Disorder Society)1. A los 12 meses, las puntuaciones habían variado en -0,04 puntos (indicando mejoría) en el grupo de lixisenatida y aumentado 3,04 puntos (indicando empeoramiento de la discapacidad) en el grupo placebo (diferencia absoluta estadísticamente significativa de 3,08 puntos; IC95 % 0,86-5,30; p= 0,007).
Aunque aún hacen falta estudios clínicos de mayor duración y tamaño muestral, en este reciente estudio, lixisenatida ha demostrado una reducción de la progresión de la discapacidad motora superior a placebo, pudiendo, en un futuro, suponer una vía terapéutica alternativa para el tratamiento de la EP.
1 La MDS-UPDRS tiene cuatro partes: parte 1 (experiencias no motoras de la vida diaria), parte 2 (experiencias motoras de la vida diaria), parte 3 (exploración motora) y parte 4 (complicaciones motoras). La parte 3 tiene instrucciones que el evaluador tiene que dar o mostrar al paciente; es cumplimentada por el evaluador