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Las gliflozinas en insuficiencia cardiaca, ¿cuál es mejor?

Publicado en Nº474 Nº474

Desde hace varios años se conoce la mejora clínica que aportan los fármacos antidiabéticos inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT2), como empagliflozina o dapagliflozina, en el riesgo cardiovascular de pacientes con insuficiencia cardiaca (en adelante, IC), con independencia de la presencia o ausencia de enfermedad diabética. Debido a que estos fármacos comparten mecanismo de acción y presentan una estructura química muy similar, se podría asumir un perfil de eficacia equivalente. Sin embargo, existen escasos datos comparativos entre iSGLT2 en este contexto terapéutico.

Recientemente se han dado a conocer los resultados de un estudio de cohortes, retrospectivo y multicéntrico, que comparó la eficacia de dos de estos fármacos en la reducción del riesgo de mortalidad por cualquier causa y de hospitalización en pacientes con IC (objetivo principal compuesto). Los autores manejaron datos de una cohorte de 744 914 pacientes con IC y previamente naïve para el tratamiento con iSGLT2, a fin de analizar la exposición a empagliflozina (n= 15 976; edad media de 66,4 años, 42 % mujeres) y dapagliflozina (n= 12 099; edad media de 63,8 años, 38 % mujeres) y sus resultados clínicos. Observaron lo siguiente: tras un año desde el inicio del tratamiento, los pacientes que recibían empagliflozina presentaban un riesgo significativamente reducido en relación con la variable principal de eficacia (HR: 0,90; IC95 % 0,86-0,94; p< 0,001) en comparación con los tratados con dapagliflozina; la probabilidad de hospitalización fue también inferior en los pacientes que recibían empagliflozina (29,7 % vs. 32,1 %); pero no se observaron diferencias estadísticamente significativas en cuanto al riesgo de muerte por cualquier causa (HR: 0,91; IC95 % 0,82-1,00). En términos de mortalidad, los resultados fueron consistentes en los subgrupos de pacientes con fracción de eyección reducida (HR: 0,92; IC95 % 0,87-0,97) y con fracción de eyección preservada (HR: 0,91; IC95 % 0,84-0,98).

Aunque estos resultados apuntarían a una posible eficacia superior de empagliflozina sobre dapagliflozina, los propios autores reconocen las limitaciones del estudio, tales como su diseño retrospectivo (de menor potencia intrínseca que los estudios prospectivos) o las diferencias entre pacientes en el tratamiento concomitante para la IC, lo que impide concluir al respecto. Además, algunos trabajos previos no han encontrado diferencias significativas entre estos dos fármacos en la mejora del riesgo cardiovascular, mientras que otro pequeño estudio retrospectivo obtuvo resultados similares a los aquí comentados. Se requiere, por tanto, de estudios prospectivos en los que se compare de forma directa la eficacia de ambos tratamientos en pacientes con IC y se analicen los posibles mecanismos implicados en la superioridad de uno u otro. Por el momento, no parece que la diferencia hallada en este estudio justifique un cambio en la práctica clínica ni sustentaría la recomendación general de empleo de uno de estos fármacos sobre el otro.

Bibliografía

    • Modzelewski KL, Pipilas A, Bosch NA. Comparative Outcomes of Empagliflozin to Dapagliflozin in Patients With Heart Failure. JAMA Netw Open. 2024; 7(5): e249305. DOI: 10.1001/jamanetworkopen.2024.9305.

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