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¿Qué se sabe del riesgo de aparición de neoplasias malignas asociado a las CAR-T?

Publicado en Nº473 Nº473

La terapia con células CAR-T representa uno de los avances más recientes, disruptivos y prometedores en oncología. Aunque sus aplicaciones clínicas están comenzando a desarrollarse (en España ya se dispone de tres medicamentos comercializados basados en este tipo de inmunoterapia), en la práctica su utilidad ha visto hasta ahora limitada por factores como su elevado coste, su restricción a líneas avanzadas de tratamiento, la complejidad asociada al propio proceso de ingeniería celular, el periodo de tiempo necesario para el cultivo de las células y los riesgos asociados a su perfil toxicológico, entre los que cabe considerar la posibilidad de efectos mutagénicos o genotóxicos.

En este sentido, la Agencia reguladora de medicamentos de EE.UU. (Food and Drug Administration, FDA) anunció a finales de 2023 que se encontraba analizando un posible vínculo entre los medicamentos de terapia CAR-T dirigidos frente a BCMA (como idecabtagén vicleucel, autorizado en la UE pero aún no comercializado en España) o a CD19 (como tisagenlecleucel, axicabtagén ciloleucel o brexucabtagén autoleucel, ya disponibles en España) y el desarrollo de algunas neoplasias malignas, como el linfoma de células T, no vinculadas a la neoplasia en tratamiento, lo que se conoce como segunda neoplasia maligna primaria (SNMP). Aunque se trata de un riesgo conocido, el escaso tiempo de aplicación clínica de estos medicamentos no permite conocer por completo las características de sus efectos a largo plazo: se estima que la incidencia de estas SNMP tras el tratamiento con CAR-T es baja y que el riesgo podría ser inferior al observado con otros tratamientos antineoplásicos, pero las pruebas a este respecto son todavía escasas.

Recientemente, se han dado a conocer los resultados de un estudio en el que, utilizando los datos de eventos adversos reportados a la base de datos del sistema de farmacovigilancia estadounidense, se ha analizado la incidencia de SNMP en pacientes tratados con terapias CAR-T. De los 8455 eventos adversos reportados en estos pacientes, 386 (un 4,6 %) correspondieron a SNMP, principalmente neoplasias de tipo mieloide y tumores sólidos. Se observó una mayor proporción de SNMP en pacientes con neoplasias hematológicas tratados con terapias CAR-T respecto a los tratados con otros fármacos (odds ratio o razón de probabilidades: 2,63; IC95 %: 2,34-2,95).

A la vista de tales resultados, todo apunta a que el riesgo de aparición de nuevas neoplasias es real e idealmente deberán servir para optimizar el seguimiento a los pacientes de cara a una detección y abordaje tempranos. Este tipo de trabajos resaltan la importancia de los sistemas de farmacovigilancia, especialmente con medicamentos novedosos para los que se dispone de escasa experiencia de uso y se aprueban con determinadas incertidumbres, los cuales pueden producir efectos adversos poco comunes difíciles de detectar y cuantificar durante los ensayos clínicos.

Bibliografía

    • Storgard R, Rejeski K, Perales MA, Goldman A, Shouval R.
      T-Cell Malignant Neoplasms After Chimeric Antigen Receptor T-Cell Therapy. JAMA Oncol. 2024. DOI: 10.1001/jamaoncol.2024.0662.

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