Monodosis

¿Se puede asegurar que un elevado consumo de carne roja es cancerígeno?

Publicado en Nº428 Nº428

En los últimos meses, quizá años, han sido numerosas las noticias que han surgido en los medios de comunicación sobre el potencial efecto cancerígeno de un consumo elevado de carne roja y/o procesada. No obstante, si se recurre a las opiniones de expertos y a la bibliografía científica, hay cierta controversia en los resultados y resulta difícil extraer conclusiones sólidas.

De hecho, solo unos pocos ensayos clínicos aleatorizados han evaluado adecuadamente el efecto de una reducción del consumo de carne roja en variables clínicas a largo plazo. A fin de resumir y comprender críticamente la evidencia disponible sobre el efecto de un menor consumo frente a un mayor consumo de carne roja en la incidencia de eventos cardiometabólicos y cáncer en adultos, una reciente revisión sistemática ha analizado todos los trabajos publicados al respecto y registrados en las principales bases de datos clínicas sin restricción de fechas (en EMBASE, CENTRAL, CINAHL, Web of Science y ProQuest, hasta julio de 2018, y en MEDLINE hasta abril de 2019) ni de idiomas. Se centró el foco sobre aquellos estudios aleatorizados que comparaban dietas que diferían en al menos 1 porción de carne roja por semana durante 6 meses o más.

Tras un análisis de la evidencia por dos equipos revisores independientes, los resultados apuntan a que, de los 12 ensayos candidatos a ser evaluados, un solo ensayo que incluyó a 48.835 mujeres es el que proporciona la evidencia de mayor calidad, si bien aún de escasa certidumbre, de que las dietas bajas en carne roja pueden tener poco o ningún efecto sobre la mortalidad por todas las causas (HR: 0,99; IC95% 0,95-1,03), sobre la mortalidad cardiovascular (HR: 0,98; IC95% 0,91- 1,06) y sobre la incidencia de enfermedad cardiovascular (HR: 0,99; IC95% 0,94-1,05). Ese ensayo también proporcionó una certidumbre de baja a muy baja de que las dietas bajas en carne roja pueden tener poco o ningún efecto sobre la mortalidad total por cáncer (HR: 0,95; IC95% 0,89-1,01) y la incidencia de dicha patología, incluyendo el cáncer colorrectal (HR: 1,04; IC95% 0,90-1,20) –el que en mayor medida se ha asociado con el consumo de carne roja– y cáncer de mama (HR: 0,97; IC95% 0,90-1,04).

No obstante, son diversas las limitaciones de la evidencia que impiden sacar conclusiones tajantes, debido al escaso número de estudios (la mayoría de los cuales evaluó variables surrogadas), al empleo de comparadores muy heterogéneos y las pequeñas diferencias en el consumo (entre las dietas calificadas como de alto consumo frente a las de bajo consumo). En resumen, una evidencia de certidumbre baja a muy baja sugiere que las dietas en que se restringe el consumo de carne roja pueden tener poco o nulo efecto sobre los principales resultados cardiometabólicos y la mortalidad e incidencia del cáncer.

Bibliografía

  • Zeraatkar D, Johnston BC, Bartoszko J, Cheung K, Bala MM, Valli C et al. Effect of Lower Versus Higher Red Meat Intake on Cardiometabolic and Cancer Outcomes: A Systematic Review of Randomized Trials. Ann Intern Med. 2019. DOI: 10.7326/M19-0622.

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