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Bot PLUS identifica aquellos medicamentos con financiación restringida a determinadas indicaciones

Resumen

Bot PLUS actualiza la información sobre aquellos medicamentos que tienen financiación restringida para determinadas indicaciones en España, en base a la información recogida mensualmente en el Nomenclátor oficial de la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud. La información incluye en qué condiciones una presentación de un medicamento se encuentra financiada para una determinada indicación cuando se dispense a través de la farmacia comunitaria o de los servicios de farmacia hospitalaria.

Bot PLUS se constituye así como una herramienta de soporte a las Consejerías de Salud de las Comunidades Autónomas a la hora de ofrecerles información sobre qué indicaciones contempla el Ministerio de Sanidad en su financiación.

Tal y como se recoge en el artículo 92 del Real Decreto Legislativo 1/2015, la inclusión de medicamentos en la financiación del Sistema Nacional de Salud se posibilita mediante la financiación selectiva y no indiscriminada teniendo en cuenta algunos criterios, tales como la gravedad, la duración y las secuelas de las distintas patologías, las necesidades específicas de ciertos colectivos o el valor terapéutico y social del medicamento y su beneficio clínico incremental teniendo en cuenta la relación coste-efectividad.

En este mismo artículo, además, se añade que “sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 24, y con objeto de garantizar el uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad podrá someter a reservas singulares las condiciones específicas de prescripción, dispensación y financiación de los mismos en el Sistema Nacional de Salud, de oficio o a propuesta de las Comunidades Autónomas en la Comisión Permanente de Farmacia del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud”.

Por otra parte, el Real Decreto 618/2007, de 11 de mayo, regula el procedimiento para el establecimiento, mediante visado, de reservas singulares a las condiciones de prescripción y dispensación de los medicamentos. Esta norma prevé la posibilidad de establecimiento de visado a medicamentos para los que se financien únicamente algunas de sus indicaciones terapéuticas. Asimismo, indica que las resoluciones administrativas en las que se establece la medida del visado estarán sujetas al cumplimiento de las garantías jurídicas exigidas por la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.

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En el año 2012, con la entrada en vigor de la Resolución del 2 de agosto de 2012, de la Dirección General de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia, por la que se procede a la actualización de la lista de medicamentos que quedan excluidos de la prestación farmacéutica en el Sistema Nacional de Salud, el Ministerio empezó a sentar las bases del concepto de indicaciones financiadas. La financiación con cargo al SNS se establecía para determinados grupos de pacientes con patologías concretas (véase Tabla 1).

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Todo ello viene recogido, además, en la Resolución de 18 de febrero de 2013, de la Dirección General de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia, que procedió a actualizar la lista de medicamentos que quedaban excluidos de la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud. Dicha Resolución instaura el visado de inspección (o CPD, cupón precinto diferenciado) para los medicamentos que habían sido excluidos en la Resolución del 2 de agosto de 2012, y por tanto, que seguían permaneciendo financiados excepcionalmente para las indicaciones establecidas en función del grupo terapéutico al que pertenecen.

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Bot PLUS es fiel reflejo de la información que contiene el Nomenclátor oficial. Es por ello que estos medicamentos en concreto se identifican con las siglas EXOI (excluido de la oferta– cupón precinto diferenciado), incluido en Bot PLUS dentro del apartado de Datos Farmacéuticos Nacionales (Figura 1). Estos medicamentos continúan teniendo cupón precinto, si bien este está diferenciado mediante la inclusión de la letra “I” en su cupón precinto.

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De forma complementaria, en Bot PLUS se ofrece la información particularizada sobre la existencia de otros medicamentos en los que se han establecido reservas singulares a efectos de limitar su financiación a determinadas indicaciones. Esta información, que viene recogida en el Nomenclátor, se codifica en el apartado de Advertencias, donde se identifican, por un lado, aquellos medicamentos sometidos a este tipo de restricciones y por otro lado, las indicaciones concretas que se encuentran o no financiadas (Figura 2)

En este punto resulta interesante destacar que Bot PLUS permite buscar y obtener listados de aquellos medicamentos que tenga asociado el mensaje de advertencia “Financiación restringida a determinadas indicaciones”, a través de las Búsquedas Libres (Figura 3 y Figura 4).

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De forma complementaria, la información con respecto a las indicaciones financiadas y no financiadas se puede visualizar dentro de la ficha de cada medicamento en la pestaña de “Descripción”, en el epígrafe “Indicaciones” (Figura 5). Allí se podrá comprobar qué indicaciones están o no financiadas y en qué condiciones (por ejemplo, monoterapia o en combinación, línea de tratamiento, patología o tipo de pacientes).

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Aquellos medicamentos con financiación restringida se identifican también en Bot PLUS con el dato farmacéutico “DIHSC” (Dispensación Hospitalaria Sin Cupón precinto), y como su propio nombre indica, son medicamentos cuyos envases carecen de cupón precinto (Figura 6 y Figura 7). Estos medicamentos se encuentran financiados exclusivamente cuando se dispensen en servicios de farmacia hospitalaria. Cabe recordar a este respecto, que estos medicamentos, al no ser de uso hospitalario, pueden dispensarse a nivel de farmacia comunitaria. Sin embargo, quedarán excluidos de la financiación a todos los efectos, pues no son facturables.

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En definitiva, a través de la identificación de los medicamentos con financiación restringida a determinadas indicaciones, el farmacéutico dispone de una herramienta muy útil que le permitirá encontrar de manera rápida y sencilla cuáles son aquellos medicamentos en esa situación especial, esto es, no financiados de forma general pero con alguna de sus indicaciones financiadas. Esta información es igualmente valiosa para Consejerías de Salud e inspectores sanitarios a la hora de proporcionarles la información acerca de qué indicaciones contempla el Ministerio de Sanidad en la financiación de determinados medicamentos.


Terapéutica de los trastornos del aparato digestivo superior

Los trastornos del aparato digestivo superior engloban una gran cantidad de entidades tan prevalentes como la dispepsia, la enfermedad por reflujo gastroesofágico y la úlcera péptica, ligada o no a infección por Helicobacter pylori. Dentro del aparato digestivo superior también hay síntomas concretos como el vómito o el hipo, que todos sufrimos ocasionalmente, y que, dependiendo de su magnitud, nos provocan un malestar que requiere tratamiento específico.

Muchas de estas patologías comparten fármacos utilizados en sus respectivos tratamientos, tales como inhibidores de la bomba de protones (IBP), antihistamínicos H2 (anti-H2), antiácidos o procinéticos. Sin embargo, aunque muchos de estos fármacos sean comunes, los planes de tratamiento varían en combinaciones, pauta posológica, duración y medidas adyuvantes en función de la enfermedad o síntomas que se estén tratando. Esta característica es de especial importancia, puesto que muchos de estos principios activos se comercializan en presentaciones de venta libre y son consumidos por los pacientes a demanda. Las consecuencias de ello pueden ir desde ineficacia por un uso incorrecto hasta efectos adversos por un uso abusivo, sin dejar de lado la posibilidad de que enmascaren patologías que requieren estudio médico en profundidad.

Patología gástrica

Es uno de los principales motivos de consulta en farmacia comunitaria y atención primaria. Los trastornos más prevalentes que aquí se encuadran (Figura 1) suelen presentar un solapamiento en su sintomatología que puede dificultar su correcto diagnóstico. Aunque en muchos casos la causa de estos síntomas sea banal, ocasionalmente puede responder a una patología subyacente de pronóstico grave. Es esencial realizar una anamnesis cuidadosa y descartar el origen cardiaco así como la presencia de signos de alarma.

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Dispepsia

La dispepsia es una sensación de dolor o malestar ubicada en la región superior del abdomen que a menudo es recurrente y que involucra numerosos síntomas en grado variable como indigestión, gases, saciedad precoz, plenitud postprandial, pirosis, dolor epigástrico, etc. En la mayoría de las ocasiones esta dispepsia es funcional, es decir, que no se debe al consumo de fármacos gastrolesivos ni tampoco es secundaria a patologías orgánicas. Este tipo de dispepsia es por tanto un diagnóstico de exclusión.

Tratamiento

Antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento hay que descartar que se deba al consumo de fármacos gastrolesivos (en caso afirmativo, debe añadirse un IBP a dosis estándar y valorar la suspensión del fármaco implicado) o a una infección por Helicobacter pylori (debe pautarse tratamiento erradicador ante un resultado positivo –estrategia “test and treat”–). Una vez descartado que la dispepsia pueda deberse a alguna de estas dos causas se iniciará el tratamiento farmacológico.

El tratamiento de primera línea consiste en omeprazol 20 mg/24 h durante 4 semanas. Si hay un predominio claro de síntomas de dismotilidad (saciedad precoz, plenitud postprandial, náuseas asociadas a la ingesta) pueden utilizarse procinéticos antes de las tres comidas principales (metoclopramida 10 mg, cinitaprida 1 mg, cleboprida 500 mcg). También es aceptable iniciar el tratamiento con IBP más procinético, una combinación que suele ser eficaz, aunque debe recordarse que el tratamiento es sintomático y que no debe prolongarse indefinidamente por el riesgo de aparición de efectos adversos.

Los gases pueden tratarse con simeticona (máximo 480 mg/día) o carbón activo, agentes inespecíficos que reducen la tensión superficial de las burbujas de gas favoreciendo su coalescencia y eliminación. También son eficaces las plantas medicinales con anetol, como el anís estrellado (Illicum verum) o el hinojo (Foeniculum vulgare). La manzanilla (Matricaria recutita) y la alcaravea (Carum carvi) también tienen propiedades carminativas.

Ante la persistencia de síntomas, cambios importantes en su presentación o aparición de signos de alarma, debe realizarse una endoscopia digestiva alta.

Úlcera péptica

Consiste en una pérdida de sustancia en la capa mucosa que puede extenderse a la submucosa e incluso a la capa muscular pudiendo provocar una hemorragia digestiva alta (HDA) o perforación. Afecta a zonas del aparato digestivo que están en contacto con el ácido clorhídrico.

Las tres principales causas de úlcera péptica ordenadas de mayor a menor son: infección por H. pylori, tratamiento crónico con AINE y síndromes de hipersecreción. H. pylori es con diferencia la causa más importante de úlcera antral y está presente en casi la totalidad de diagnósticos de úlcera péptica, hasta tal punto que erradicar la infección supone cicatrizar la úlcera en la mayoría de casos.

El síntoma predominante en la úlcera péptica es el dolor epigástrico, que clásicamente presenta cambios relacionados con la ingesta: en la úlcera duodenal se alivia con la ingesta o antiácidos y en la úlcera gástrica la respuesta a antiácidos es insuficiente y la ingesta suele exacerbar la sintomatología.

Tratamiento

El tratamiento antisecretor es esencial para cicatrizar las úlceras. Los IBP son con claridad los fármacos más eficaces con mayor tasa de cicatrización en menor tiempo. Los anti-H2 también son una buena alternativa, aunque su tasa de curación es menor y requieren una administración más prolongada. El misoprostol es con diferencia menos eficaz y tiene un peor perfil de seguridad, a lo que se suma el hecho de que es un fármaco abortivo y teratógeno (clasificado clásicamente como categoría X de la FDA) por el aumento del tono uterino que produce.

El tratamiento antisecretor se utiliza a dosis estándar, aunque su duración varía enormemente dependiendo de la localización de la lesión, causa, si se considera de riesgo, etc.

El tratamiento erradicador de H. pylori fue revisado en la IV Conferencia Española de Consenso sobre el Tratamiento Erradicador de 2016, en la que se estableció un nuevo criterio para considerar un tratamiento eficaz (umbral de erradicación superior al 90%). Esto supuso un cambio drástico, ya que la triple terapia clásica (IBP+amoxicilina+claritromicina), con una tasa de erradicación de aproximadamente el 75%, fue reemplazada por la cúadruple terapia sin bismuto (omeprazol 20 mg/12 h + metronidazol 500 mg/12 h + claritromicina 500 mg/12 h + amoxicilina 1 g/12 h) como tratamiento de elección.

La cuádruple terapia con bismuto (IBP+bismuto+doxicilina+metronidazol) o de forma alternativa Pylera® (subcitrato de bismuto, tetraciclina y metronidazol en combinación) +IBP se considera tratamiento de segunda línea por debajo de la cuádruple terapia sin bismuto, excepto en pacientes alérgicos a los betalactámicos, en los que sí es de primera línea.

La Asociación Española de Gastroenterología (AEG) y Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) recomiendan el uso de la cuádruple terapia con bismuto sobre Pylera®, ya que este último para un plan de tratamiento de 10 días no alcanza la tasa de erradicación del 90%.

Enfermedad por reflujo gastroesofágico

Se denomina enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) al conjunto de manifestaciones clínicas diversas (sensación de ardor, dolor, regurgitación) producidas por el reflujo del contenido gástrico y/o duodenal hacia el esófago.

Las principales causas que conducen a la ERGE son el descenso del tono del esfínter esofágico inferior e hipersecreción ácida. Los principales factores de riesgo son: consumo de alcohol, práctica de ejercicio físico, factores genéticos, H. pylori, hernia de hiato, posición de decúbito, obesidad y tabaco. Muchos fármacos también están relacionados con esta patología (antagonistas del calcio, nitratos, xantinas, diazepam, anticolinérgicos, estrógenos, etc.).

Tratamiento

El tratamiento se realiza con antiácidos y antisecretores, teniendo en consideración algunas particularidades:

  • Si los síntomas son esporádicos: antiácidos (especialmente combinaciones con alginato) después de cada comida, ranitidina 150 mg/12 h o IBP a dosis estándar cada 24 h.
  • Si los síntomas son frecuentes: combinar antiácidos y antisecretores, uso de IBP a dosis doble (esomeprazol es ligeramente más eficaz que el resto de IBP).
  • Control insuficiente o reflujo no ácido: baclofeno (máximo 80 mg/día).
  • Síntomas de claro predominio nocturno: uso de ranitidina 300 mg/noche como fármaco antisecretor.
  • Casos refractarios: tratamiento quirúrgico.
  • Medidas no farmacológicas: evitar comidas copiosas, alcohol, tabaco, cafeína, acostarse antes de 2 h tras las ingesta y el uso de ropa ceñida, dormir acostado en decúbito lateral izquierdo y con el cabecero de la cama elevado.

Hipo

Se debe a la contracción espasmódica, involuntaria y repetitiva del diafragma que produce una inspiración de aire que se acompaña de un ruido característico y molesto producido por el cierre brusco de la glotis y la vibración de las cuerdas vocales. Es un reflejo que carece de función protectora.

Tratamiento

La mayoría de las veces cede de forma espontánea en cuestión de minutos. Pueden realizarse maniobras vagales para favorecer su interrupción. En los casos en los que la duración sea más prolongada puede utilizarse metoclopramida 10 mg/8 h. Cuando el hipo sea persistente (duración superior a 7 días) puede utilizarse baclofeno (máximo 80 mg/día) o clorpromazina (25-50 mg/6-8 h).

Cuando el hipo es frecuente, es posible que haya una causa responsable (la ERGE es la principal). También es habitual que se deba a hábitos alimentarios (consumo de bebidas carbonatadas, alimentos irritantes como especias, picante, etc.). Si el hipo persiste durante el sueño nocturno debe sospecharse de posible causa orgánica grave.

Gastritis

La gastritis es una lesión inflamatoria de la mucosa gástrica en respuesta a una agresión aguda o crónica que puede deberse tanto a agentes exógenos como endógenos. Las principales causas son intoxicaciones medicamentosas o alimentarias, consumo abusivo de alcohol, reacciones alérgicas (por ejemplo, anisakiasis gastroalérgica), ingesta de álcalis, cáusticos o compuestos orgánicos, exposición a radiaciones, etc.

La gastritis crónica se clasifica en tres tipos atendiendo a su etiología:

  • Autoinmune: gastritis atrófica metaplásica autoinmune (GAMA) por presencia de autoanticuerpos dirigidos contra las células parietales.
  • Por infección crónica por H.pylori.
  • Por consumo de AINE.

Tratamiento

Todas las gastritis tienen un tratamiento similar que consiste en retirar o tratar la causa desencadenante (si fuese posible) e incorporar tratamiento antiémetico para el control de las náuseas y vómitos en los casos en los que esté indicado. La GAMA tiene un tratamiento particular, ya que la carencia de factor intrínseco obliga a administrar cianocobalamina i.m. para evitar el desarrollo de anemia perniciosa.

Vómitos

Es la expulsión violenta y espasmódica del contenido del estómago a través de la boca con el objetivo de proteger al organismo de la absorción de sustancias tóxicas. Sin embargo, el vómito puede ocurrir de forma indeseable asociado a otras situaciones (por ejemplo, mareo cinético o migrañas) o como síntoma de muchas enfermedades digestivas, infecciosas o neurológicas, entre otras causas. Debe distinguirse del vómito de regurgitación, ya que en este segundo caso el contenido asciende por el esófago sin los pródromos (náuseas, arcadas) característicos del vómito.

Tratamiento

El vómito tiene una fisiología compleja y, por ende, su clasificación y tratamiento también lo son. La Asociación Americana de Gastroenterología clasifica el vómito en los siguientes tipos:

  • Asociados a quimioterapia: se subclasifican a su vez en emesis aguda, emesis diferida y vómitos anticipatorios. El tratamiento depende del potencial emetógeno del ciclo de quimioterapia. Los fármacos antieméticos más usados son la dexametasona, antagonistas 5-HT3 (ondansetrón, granisetrón, palonosetrón), antagonistas NK1 (aprepitant, fosaprepitant, rolapitant, netupitant) y antipsicóticos (quetiapina, clorpromazina). En el tratamiento de los vómitos anticipatorios se utilizan ansiolíticos (alprazolam).
  • Postoperatorios: los fármacos más empleados en su control son el droperidol, la dexametasona y los antagonistas 5-HT3 (ondansetrón, palo nosetrón). La metoclopramida a dosis estándar no es eficaz y a dosis más elevadas no tiene un balance beneficio/riesgo favorable. Es importante controlar otras variables que influyen en este tipo de vómitos, como el uso de analgesia opioide en el postoperatorio y el uso de anestésicos generales con alto potencial emetógeno (óxido nitroso, halogenados, etomidato).
  • De causa farmacológica y/o tóxica: pueden utilizarse antagonistas D2 como metoclopramida o domperidona. Si la causa es farmacológica, la solución definitiva puede ser ajustar la dosis o incluso retirar el fármaco responsable. Los fármacos más relacionados con este tipo de vómitos son los agonistas dopaminérgicos, levodopa, apomorfina, digitálicos, opioides y antineoplásicos.
  • De causa infecciosa: la mayoría de las veces son autolimitados y no requieren tratamiento farmacológico. En los casos en los que se requiera tratamiento antiemético, los antagonistas D2 son los fármacos más utilizados.
  • Asociados a alteraciones del SNC: son complejos porque pueden deberse a numerosas causas. Algunas de las más habituales son:
    • Asociados a cefaleas: metoclopramida es de elección en la migraña; además, mejora la absorción de fármacos antimigrañosos.
    • Vómitos en escopeta: son sugestivos de elevación de la presión intracraneal (por ejemplo, en casos de meningitis).
    • Cinetosis: el tratamiento de elección son los antagonistas H1 (dimenhidrinato, meclozina) 0,5-1,5 h antes del viaje.
    • Vértigos: en el vértigo agudo la sulpirida (50 mg/8 h) es el fármaco más utilizado; en el síndrome de Menière el tratamiento de elección es la betahistina; y en el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), se suele emplear la maniobra de Epley.
  • Vómitos asociados a enfermedades metabólicas, gastrointestinales o psiquiátricas: el tratamiento debe ir dirigido a la causa desencadenante. En los vómitos psicógenos, como los cuadros de emesis asociada a episodios puntuales de ansiedad aguda, pueden utilizarse ansiolíticos para su control.
  • Vómitos del embarazo: la doxilamina-piridoxina 10 mg/10 mg es el tratamiento de elección. En casos de hiperémesis gravídica, pueden usarse otros antieméticos como metoclopramida, cuyo uso se considera seguro. Los extractos de jengibre estandarizados en gingeroles al 10% son eficaces y seguros.

Patología de la vía biliar

La litiasis biliar es la presencia de cálculos en el interior de la vía biliar. No siempre la presencia de cálculos se traduce en episodios de dolor asociados a otros síntomas como náuseas, vómitos, anorexia, etc. Cuando estos síntomas sí están presentes, se habla de cólico biliar. En función de su localización distinguimos las siguientes patologías:

  • Colelitiasis: cálculo en la vesícula biliar.
  • Síndrome de Mirizzi: cálculo entre el conducto cístico y el conducto extrahepático común.
  • Coledocolitiasis: cálculo en el colédoco.

Dentro del cólico biliar existen dos tipos atendiendo a la duración del episodio:

  • Cólico biliar simple: de menos de 6 horas de duración. Es menos habitual que aparezcan náuseas y vómitos.
  • Cólico biliar complicado: tiene una duración superior a 6 horas. Es habitual que se acompañe de náuseas y vómitos. Obliga a descartar complicaciones adicionales como la pancreatitis.

Por último existen otras dos entidades importantísimas en la patología biliar:

  • Colecistitis aguda: inflamación de la vesícula biliar que normalmente ocurre por impactación de un cálculo en el conducto cístico. Las paredes de la vesícula se expanden y hay dolor e hipersensibilidad a la palpación (signo de Murphy).
  • Colangitis aguda: infección bacteriana por enterobacterias y anaerobios procedentes del intestino. Tiene un pronóstico grave.

Tratamiento

  • Medidas generales

Se aplican en todas las patologías, y se componen de analgesia con diclofenaco 50 mg/8 h ó metamizol 1-2 g/8 h y antiespasmódicos (butilescopolamina 20-40 mg hasta un máximo de 100 mg al día). Los AINE son preferibles sobre el metamizol. En casos que no respondan, podrían usarse opioides (meperidina, morfina) aunque su uso es controvertido porque aumentan la presión de la vía biliar.

  • Tratamiento antibiótico

Es un tratamiento combinado que debe asegurar la cobertura del espectro frente a anaerobios. Los casos más leves pueden tratarse con amoxicilina-clavulánico. En el resto, se utilizan cefalosporinas de tercera generación, piperacilina-tazobactam, carbapenemas, aztreonam, tigeciclina o amikacina.

  • Tratamiento quirúrgico

La colecistectomía es el tratamiento de elección. Puede realizarse de forma urgente o precoz (dentro de las 24-72h) según la gravedad del cuadro. Actualmente, no se recomienda diferir la cirugía si no es estrictamente necesario, ya que la tasa de recidivas y probabilidad de acabar requiriendo colecistectomía urgente es alta. En la coledocolitiasis, el tratamiento de elección es la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE). Las litiasis biliares asintomáticas no requieren tratamiento quirúrgico salvo que existan factores de riesgo adicionales.

  • Tratamiento farmacológico

Los cálculos de colesterol pueden disolverse con la administración de ácido ursodesoxicólico durante largos periodos de tiempo, cuya eficacia es reducida y la tasa de recidivas alta; puede acompañarse de litotricia. Este tratamiento se reserva para aquellos casos en los que se rehúsa la cirugía o no es posible realizarla.

Puntos clave

En todo paciente que presente síntomas dispépticos recurrentes mantenidos en el tiempo está indicada la estrategia “test and treat” para descartar o confirmar la infección por H. pylori.

Todos los fármacos antisecretores (IBP y anti-H2) están comercializados en presentaciones de dos dosis, que se conocen como dosis estándar (la baja) y dosis doble (doble de la estándar). El omeprazol es el único caso especial, ya que además de la dosis estándar (20 mg) y la dosis doble (40 mg), tiene presentaciones de dosis de 10 mg.

Los IBP son los fármacos antisecretores más eficaces; sin embargo, su uso crónico para evitar supuestos efectos adversos gastrointestinales derivados del consumo de medicación no gastrolesiva, no está justificado y no debe realizarse.

La infección por H. pylori está presente en casi el 100% de las úlceras duodenales. El tratamiento erradicador es suficiente para cicatrizar la lesión en la mayoría de los casos.

El test del aliento o urea marcada con 13C es la mejor prueba diagnóstica para determinar infección por H. pylori por su alta sensibilidad y especificidad, bajo coste y por ser una prueba no invasiva.

Pylera® + IBP durante 10 días no es el tratamiento de elección, ya que para esta duración de tratamiento no alcanza el umbral de erradicación del 90% establecido en la IV Conferencia Española de Consenso sobre el Tratamiento Erradicador de H. pylori de 2016.

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Cilantro

Resumen

Coriandrum sativum L., popularmente conocida como cilantro o perejil chino, es una planta originaria de Asia y norte de África que en la actualidad se cultiva ampliamente en diversos países del sur de Europa en gran medida por su aromaticidad y sabor, que han difundido su uso como condimento de alimentos: las hojas frescas se utilizan en ensaladas, cebiches, etc., y los frutos molidos o enteros son comunes en la preparación de platos de carne (por ejemplo, en los curry asiáticos). Aparte de su uso culinario, el cilantro se ha emplea frecuentemente en medicina tradicional con diversos fines, entre los que destaca su preparación en infusiones como estomacal, antiespasmódica, orexígena y carminativa, o en forma de linimentos frente a dolores articulares; también se le han atribuido beneficios frente a trastornos respiratorios y urinarios.

Los estudios realizados con extractos y principios activos aislados de esta planta medicinal, entre los que sobresale el linalol, han puesto de manifiesto diversas actividades farmacológicas, tales como antimicrobianas, antioxidantes, antiproliferativas, neuroprotectoras, ansiolíticas, analgésicas, antiinflamatorias y antidiabéticas. En el presente artículo se revisa en profundidad la evidencia científica disponible sobre las propiedades farmacológicas del cilantro, haciendo referencia a los principales hallazgos derivados de estudios in vitro, en animales y en ensayos clínicos. Se puede concluir que los resultados de su posible eficacia en patologías humanas no son del todo concluyentes y, teniendo en cuenta las limitaciones de los estudios, se cree necesario perseverar en el desarrollo de nuevos ensayos clínicos que permitan contrastar su utilización en terapéutica con eficacia y seguridad.

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Tras haber profundizado en el conocimiento científico de las actividades de algunas plantas ornamentales que son empleadas en medicinas tradicionales, se inicia con este artículo una nueva serie dedicada a evidenciar las propiedades beneficiosas para la salud, más allá de su valor nutricional, de algunas plantas utilizadas principalmente con fines culinarios. Cilantro, hierba luisa y romero son algunas de ellas.

Coriandrum sativum L. (de la familia de las umbelíferas) –conocido comúnmente como cilantro, coriandro o perejil chino– es una planta herbácea, anual, que crece en bordes de campos y huertos (Figura 1). Es originaria de Asia y norte de África y ha sido naturalizada en el sur de Europa. El uso medicinal del cilantro se remonta a la antigüedad: se han encontrado frutos de esta especie en algunas tumbas egipcias, e Hipócrates en el siglo V a.C. ya lo utilizaba en medicina. En China, sus cultivos comenzaron en el siglo I. En España, se cultiva con fines alimentarios como planta aromática y condimentaria por su olor y sabor debido a su contenido en aceite esencial.

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En los estudios científicos se mencionan diferentes variedades, las mayoría consideradas sinónimos de C. sativum L. por expertos en taxonomía botánica.

Presenta tallos ramificados y raíces desarrolladas. Las hojas basales son grandes (12×4 cm), pinnatisectas, con los segmentos más o menos obovados, cuneiformes, lobulados, con el lóbulo apical mayor que los laterales, irregularmente dentados. El peciolo es largo (6 cm) y presenta una vaina ensanchada provista de margen escarioso. Las hojas medias y superiores presentan divisiones más estrechas, siendo casi aciculares en la parte superior. Las flores de color blanco o rosado, con cáliz persistente con 2 dientes lanceolados y ovados, pétalos externos planos con lengüeta aguda y los internos incurvados y con lengüeta escotada, se disponen en umbelas con radios de hasta 2 cm, desiguales y erecto-patentes (Figura 2).

Los frutos esquizocárpicos, denominados con frecuencia y de forma errónea como semillas, son fuertemente aromáticos y de pequeño tamaño (aproximadamente 5 mm). Como en muchas plantas umbelíferas, están constituidos por dos mericarpos sin alas, con cinco costillas primarias reducidas a una línea sinuosa y cuatro secundarias rectas, apenas resaltadas (Figura 3).

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Todas las partes de la planta son comestibles, no obstante, debido al diferente olor y sabor que poseen, condicionado por su composición química, se emplean para diferentes fines. Las hojas frescas se utilizan como condimento de ensaladas, cebiches, tacos, etc. Los frutos molidos o enteros, son más comunes en la preparación de platos de carne y, junto a las raíces, como ingredientes de los curry asiáticos.

Por otra parte, los frutos de cilantro están incluidos en la Farmacopea Europea, que define: “Coriandri fructus consiste en los cremocarpos desecados de Coriandrum sativum L., con un contenido mínimo de 3 ml/kg de aceite esencial en relación a la droga anhidra”.

Dichos frutos contienen aceite esencial en proporción variable (0,03-2,6%) dependiendo del lugar donde se cultive, condiciones climáticas, tipo de variedad, etc. Pero en todos los casos los componentes mayoritarios son alcoholes monoterpénicos, especialmente el linalol (55-74%), que suele acompañarse de geraniol, de hidrocarburos monoterpénicos (como limoneno, pinenos, p-cimeno) y de la cetona alcanfor, etc. Esta composición está sujeta a cambios que se producen durante el almacenamiento, debido a reacciones de oxidación que hacen que este aceite esencial pierda calidad. También se han aislado del aceite esencial diversos polifenoles, entre ellos: ácidos fenólicos (gálico, clorogénico, cafeico, p-fumárico, etc.), flavonoides (quercetin-3-ramnósido, rutina trihidrato, luteolina, kenferol, apigenina, etc.), cumarinas (coriandrina, dihidrocriandrina, etc.) y taninos condensados.

Además, los frutos contienen un aceite constituido por ácidos grasos, principalmente ácido petroselínico (ácido monoinsaturado de 12 átomos de carbono), y cantidades mucho más bajas de ácidos linoleico, oleico, palmítico, esteárico, etc. Son una fuente importante de esteroles (36,9-51,8 mg/g de aceite), siendo mayoritarios el beta-sitosterol y el estigmasterol acompañados de delta-7-estigmasterol, campesterol, etc. Por último, también se han aislado tocoferoles, principalmente gamma-tocoferol y carotenos.

La composición de las hojas de cilantro ha sido estudiada en menor medida que la de los frutos, si bien en los casos en que se ha analizado, se han aislado el mismo tipo de compuestos. Los principales componentes del aceite esencial procedente de hojas y tallos frescos son alcoholes y aldehídos, principalmente, decenal.

El cilantro es empleado en medicina tradicional en forma de infusión como estomacal, antiespasmódico, orexígeno y carminativo; esta actividad a nivel digestivo parece ser debida a una estimulación hepática que provoca la secreción biliar y estimulación de los enzimas pancreáticos e intestinales que participan en la digestión. También ha sido utilizado como antimicrobiano y vermífugo y, en forma de linimentos, para dolores articulares debidos a procesos inflamatorios. En algunas medicinas tradicionales, se indica, además, para trastornos respiratorios y urinarios, así como en el tratamiento de diabetes, hipercolesterolemia, insomnio, ansiedad y convulsiones. En China, los frutos se recomiendan para la dispepsia y la inapetencia, y algunas recetas populares incluyen la parte aérea (perejil chino) para el tratamiento del rectocele, la hipogalactia y el eccema. En Irán, además de como hipnótico y analgésico, se recomienda en el tratamiento de la migraña. En Europa, es frecuente su uso mezclado con alcaravea, hinojo y anís.

Los estudios científicos realizados con extractos y principios activos aislados de esta planta medicinal han puesto de manifiesto diversas actividades farmacológicas, destacando, entre ellas, las antimicrobianas, antioxidantes, anticancerosas, neuroprotectoras, ansiolíticas, hipnóticas, anticonvulsivantes, analgésicas, antiinflamatorias y antidiabéticas.

En primer lugar, muchos de los efectos beneficiosos atribuidos a esta planta están directamente relacionados con sus propiedades antioxidantes, ampliamente verificadas en estudios científicos tanto in vitro como in vivo. Por ello, tanto el aceite esencial como los extractos son empleados por la industria alimentaria y cosmética como sustitutivos de antioxidantes químicos potencialmente procancerígenos.

Se ha demostrado su capacidad para reducir el estrés oxidativo y promover las defensas antioxidantes del organismo. El aceite esencial, con linalol como principal componente, se comporta como un eficaz captador de radicales libres e inhibidor de la peroxidación lipídica. El aceite fijo (obtenido de los frutos) también ha mostrado esta capacidad captadora de radicales libres.

Los extractos acuosos, metanólicos y etanólicos de frutos, hojas y tallos han demostrado la capacidad de inhibir de la peroxidación lipídica y se comportan como captadores de radicales hidroxilo y superóxido, con una potencia similar o incluso superior al ácido ascórbico en algunos de los casos. En un estudio comparativo, se observó que todos los extractos de hojas muestran una mayor potencia como captadores de radicales libres que los obtenidos a partir de los frutos, atribuyendo esta diferencia al mayor contenido fenólico de las primeras. Estas actividades parecen ser debidas a la presencia de heterósidos de terpenoides y flavonoides en estos frutos. La presencia de carotenoides en las raíces y otras partes de la planta le confiere igualmente propiedades antioxidantes.

Estudios in vivo en rata o ratón han confirmado esta misma actividad capadora de radicales hidroxilo y superóxido, cuando lo que se emplean son zumos de hojas de cilantro o extractos acuosos o etanólicos de los frutos. Se ha observado un efecto protector frente al daño oxidativo macromolecular, así como la potenciación de las defensas antioxidantes, pues se incrementan las concentraciones de catalasa (CAT), superóxido dismutasa (SOD) y glutatión.

También se ha constatado su capacidad para disminuir la peroxidación lipídica in vivo. En un modelo de fallo renal inducido en rata, se confirmó un significativo efecto nefroprotector del extracto etanólico de las hojas, efecto que los investigadores relacionan con la presencia de flavonoides y otros compuestos fenólicos. También se ha confirmado esta actividad nefroprotectora en ratas con diabetes inducida por estreptozotocina y nicotinamida, lo cual podría contribuir a su efecto beneficioso en diabetes. En modelos de ratón, se ha comprobado la protección de los extractos etanólicos y acuosos de los frutos frente al daño oxidativo inducido tanto en hígado como en riñón.

Probablemente relacionado con sus propiedades antioxidantes, diferentes extractos de esta planta medicinal han demostrado actividad antiproliferativa en diferentes líneas celulares de cáncer, atribuida igualmente a su contenido fenólico. La presencia de ácido ascórbico en extractos de las raíces de C. sativum y de linalol en el aceite esencial también se ha relacionado con una potencial actividad anticancerosa.

Dicha actividad del linalol sobre diferentes líneas de células de cáncer in vitro (linfoma, leucemia, melanoma y cánceres de hígado, mama y riñón) ha sido ampliamente documentada. También se ha mostrado eficaz en la disminución de la resistencia a doxorubicina en células humanas de adenocarcinoma de mama. En el mecanismo de acción interviene de forma decisiva su capacidad pro-oxidante, definiéndose para este compuesto un efecto dual antioxidante o pro-oxidante dependiendo del estatus redox de las células: en células normales, se comportaría como antioxidante y citoprotector, mientras que en células cancerígenas con estatus redox pro-oxidante, actuaría incrementando el estrés oxidativo y, por tanto, induciendo citotoxicidad.

Por otro lado, numerosos estudios experimentales se refieren a la actividad antimicrobiana del cilantro. Se ha comprobado tal actividad para el aceite esencial obtenido de los frutos y de las hojas de C. sativum, tanto frente a bacterias Gram-positivas como frente a Gram-negativas, habiéndose relacionado con la presencia de linalol en dicho aceite esencial, así como de otros componentes como geraniol, acetato de geranilo o alcanfor. También se atribuye, al menos en parte, a los polifenoles.

Se evaluó la actividad antibacteriana sobre bacterias responsables de infecciones superficiales cutáneas procedentes de muestras clínicas, demostrando el aceite esencial de cilantro su eficacia frente a la mayoría de ellas (especialmente sobre Streptococcus pyogenes y Staphylococcus aureus resistente a meticilina, con una CMI media de 0,04% y 0,25%, respectivamente). El aceite esencial mostró además una muy buena tolerancia cutánea tras su administración –en crema al 0,5% y loción al 1,0%– a voluntarios sanos.

Otros trabajos han postulado que el aceite esencial de cilantro podría ser eficaz en ginecología para el tratamiento de infecciones vaginales, ya que se ha comprobado su seguridad y su actividad in vitro sobre cepas de microorganismos obtenidos de exudados vaginales clínicos (Escherichia coli, Staphylococcus aureus y el hongo Candida albicans).

Muy recientemente se ha puesto de manifiesto que tanto el aceite esencial de cilantro como su principal componente, el linalol, interaccionan sinérgicamente con diversos antibióticos (oxacilina, amoxicilina, gentamicina, ciprofloxacino, tetraciclina) frente a bacterias Gram-positivas (Staphylococcus aureus resistente a meticilina, S. aureus susceptible a meticilina, S. epidermidis) y Gram-negativas (Pseudomonas aeruginosa, Escherichia coli), de forma que su combinación hace que disminuya considerablemente la CMI de los antibióticos. Este ensayo supone una vía prometedora en la búsqueda de nuevos agentes antibacterianos.

También in vitro se evaluó la actividad antifúngica sobre Microsporum canis (responsable de una creciente incidencia de dermatofitosis en pacientes humanos) y Candida spp. La CMI fue de 78-620 µg/ml y 310-620 µg/ml, respectivamente; la CMF fue de 150-1.250 µg/ml y 620-1.250 µg/ml, respectivamente. Las dermatofitosis son muy frecuentes en animales domésticos y el aceite esencial de cilantro podría representar un potencial tratamiento adecuado para estos animales.

El aceite esencial obtenido de las hojas y un extracto etanólico de las mismas, también han sido estudiados sobre los más importantes microorganismos transmitidos por alimentos, resultando que el aceite presenta un espectro de actividad más potente y extenso que el del extracto. El aceite fue activo sobre todas las cepas de microorganismos utilizados en este ensayo (19 de bacterias, 2 de levaduras y 7 de hongos), pero de forma más destacable sobre Listeria monocytogenes (CMI 31,3 µg/ml) y Staphylococcus aureus (CMI 62,5 µg/ml). Sobre Candida albicans el efecto fue de potencia superior al conseguido con Anfotericina B. Hay que señalar que en el aceite esencial del estudio en cuestión, procedente de Turquía, el componente mayoritario fue el decenal, pero presentaba también un elevado contenido de linalol.

La ya citada actividad antifúngica del cilantro, comprobada previamente en ensayos in vitro, se ha evaluado en un ensayo clínico sobre 40 pacientes afectados de tiña interdigital del pie. Se aplicó un ungüento de aceite de cilantro al 6% o placebo, dos veces al día, observándose los resultados a los 14 y 28 días. Durante todo el ensayo se apreció una mejoría significativa de los síntomas clínicos y una buena tolerabilidad del producto ensayado.

Las comentadas propiedades antimicrobianas del aceite de cilantro, atraen interés no solo por su potencial como agente terapéutico, sino también para la preservación de los alimentos, evitando su contaminación microbiana que pudiera llegar a ser muy nociva para la salud.

En relación a sus efectos sobre el sistema nervioso central (SNC), se debe mencionar que el cilantro ha evidenciado cierta actividad neuroprotectora, ansiolítica, anticonvulsivante y antimigrañosa. También se ha investigado su actividad analgésica y antiinflamatoria.

Respecto a su actividad analgésica, se ha comprobado en estudios en animales que es debida principalmente a su efecto a nivel del SNC. Un extracto acuoso de frutos de cilantro (1.000 mg/kg) mostró actividad antinociceptiva en ratones albinos tras su administración por vía intraperitoneal, en los test de la placa caliente, retirada de la cola y formalina, comparando los efectos con dexametasona y estrés. La eficacia del extracto, atribuida de nuevo en parte al linalol, fue superior a la de los controles. Los autores sugirieron que el mecanismo de acción implica a los receptores opiáceos.

Una fracción en acetato de etilo procedente de un extracto diclorometánico de hojas y tallos de cilantro ha demostrado poseer propiedades antinociceptivas, antiinflamatorias y antiedematosas en ratón. En dicha fracción se han identificado dos cumarinas (dihidrocoriandrina y coriandrina), estigmasterol y vitamina E, entre otros componentes. Tras la administración de diversas concentraciones de la fracción se observó una disminución de la actividad locomotora, una actividad antinociceptiva similar a la de los opiáceos (y también periférica) y una disminución significativa del edema inducido por carragenina. La actividad antinociceptiva no se manifiesta tras la administración oral sino por vía intraperitoneal. Probablemente sea el linalol presente en el aceite esencial el responsable de la actividad analgésica, según se ha comprobado en ratón para este compuesto aislado.

En relación con la actividad ansiolítica, uno de los empleos tradicionales del cilantro (sobre todo en Irán, donde se conoce como “geshnes”), ha sido comprobado en diversos ensayos experimentales en ratón, mediante el test del laberinto elevado, o el de campo abierto, entre otros. Igualmente, se ha comprobado en ratas a las que se administró el aceite esencial por inhalación.

En concreto, en un ensayo en ratones albinos se administró un extracto acuoso de hojas de cilantro a las dosis de 50, 100 y 200 mg/kg. Todas las dosis mostraron actividad ansiolítica con un efecto dosis-dependiente, pero destacó la conseguida con la dosis de 200 mg/kg, que fue equivalente a la inducida con diazepam (0,3 mg/kg). Según los investigadores, este efecto puede relacionarse con la presencia de flavonoides, esteroles y taninos en el extracto. Asimismo, se ha evidenciado en experimentación animal un efecto prolongador del tiempo de sueño inducido por pentobarbital, tanto para extractos del cilantro como para su aceite esencial.

También se atribuye a esta especie medicinal cierta actividad antimigrañosa. Aunque hay pocos ensayos clínicos publicados en este campo, hay que destacar que se ha llevado a cabo un ensayo clínico prospectivo, aleatorizado, triple ciego, controlado por placebo, con 66 pacientes adultos aquejados de migraña para comprobar la eficacia de la administración de un jarabe de frutos de cilantro sobre la duración, severidad y frecuencia de la migraña. Los pacientes se dividieron en dos grupos: el grupo de intervención recibió el jarabe de cilantro y el grupo control un jarabe placebo. Todos recibieron, además, 500 mg/día de valproato sódico. El tratamiento duró un mes y, al cabo de este tiempo, se observó una disminución del grado de dolor, así como de la duración y frecuencia de la migraña, sin constatarse efectos adversos. Sin embargo, las limitaciones de este ensayo impiden extraer conclusiones sólidas y se requieren futuros estudios que arrojen más luz sobre la eficacia antimigrañosa del cilantro.

El hecho de que en medicina tradicional se emplee el cilantro para controlar la diabetes ha dado lugar a la realización de diferentes investigaciones que pretenden confirmar su eficacia. En ratas con diabetes inducida por estreptozotocina, se ha observado que la administración intraperitoneal de un extracto etanólico de los frutos, reduce la glucemia e incrementa la actividad de las células β-pancreáticas favoreciendo la liberación de insulina. Este efecto hipoglucemiante se ha confirmado en otros modelos de animales cuando se utilizan otros extractos de los frutos. La administración oral de un extracto acuoso a ratas obesas, hiperglucémicas e hiperlipidémicas, consiguió normalizar la glucemia tras 21 días de tratamiento con una eficacia similar a glibenclamida, si bien se observó un efecto rebote tras finalizar la administración del extracto, concluyendo que la acción hipoglucemiante sería más de tipo agudo que crónica.

En un estudio anterior realizado con ratas sometidas a dieta rica en grasa, se comprobó que la suplementación de la dieta con cilantro (10%) reducía la hiperglucemia a través de la modificación de la actividad de enzimas relacionadas con el metabolismo de los carbohidratos, activando la glucogénesis y la glucolisis y, por tanto, favoreciendo la utilización de la glucosa. También el extracto etanólico de las hojas ha mostrado una moderada actividad inhibidora de la α-amilasa.

En pacientes con diabetes mellitus tipo 2, la administración durante 14 días de dosis elevadas de extractos etanólico o acuoso de frutos pulverizados disminuyó significativamente la glucemia. De igual forma, su administración conjunta con antidiabéticos orales durante 30 días indujo un incremento de la eficacia hipoglucemiante de estos fármacos. Sin embargo, en el grupo tratado con los extractos se observó una mayor incidencia de efectos adversos (naúseas, vómitos, diarrea, etc.), probablemente debidos a la cantidad de extracto administrado.

También parece confirmada su eficacia hipolipemiante cuando se administran, como suplementos de la dieta, preparados de los frutos de cilantro pulverizados o extractos secos a diferentes tipos de animales sometidos a una alimentación rica en grasa y/o colesterol, actividad que parece estar relacionada en gran medida con sus propiedades antioxidantes, aunque también con un efecto modulador del metabolismo lipídico. En conejos con dieta rica en colesterol, se ha observado cómo la administración de un extracto metanólico de frutos de C. sativum es capaz de reducir la peroxidación lipídica, incrementar los niveles de GSH y CAT, reducir las concentraciones plasmáticas de lípidos, incrementar las concentraciones de HDL-colesterol y prevenir la acumulación de colesterol sobre la pared de la aorta. En diferentes ensayos, se ha probado su capacidad para inhibir la HMG-CoA-reductasa, incrementar la conversión hepática del colesterol en ácidos grasos y esteroles, y favorecer la excreción de lípidos mediante la activación de LCAT.

Diversos extractos de cilantro han mostrado, además, actividad antihipertensiva concentración-dependiente. El mecanismo de acción de ese efecto no está totalmente clarificado; diferentes trabajos de investigación han propuesto la relajación endotelio dependiente, una actividad bloqueante de canales de calcio, un efecto inhibidor del enzima de conversión de angiotensina (IECA) o incluso actividad diurética. Probablemente sean el linalol y los flavonoides los responsables de este efecto.

En definitiva, teniendo en cuenta que C. sativum ha mostrado eficacia hipoglucemiante, hipolipemiante y antihipertensiva, puede considerarse un excelente candidato para la prevención y tratamiento del síndrome metabólico.

La Comisión E alemana aprobó el empleo de frutos de cilantro en trastornos dispépticos y pérdida de apetito, en una posología recomendada de 3 g/día de frutos pulverizados o triturados en infusión (150 ml) o preparados equivalentes.

El cilantro se puede considerar una droga muy segura, ya que su utilización a lo largo del tiempo en alimentación así lo avala. Es considerado sustancia GRAS (generally recognized as safe) por la Food and Drugs Administration estadounidense, si bien se han notificado reacciones alérgicas y de fotosensibilidad (pudiendo causar dermatitis de contacto).

Respecto al aceite esencial aislado, el hecho de que se emplee como saborizante de alimentos ha hecho que se hayan publicado algunos estudios sobre la seguridad de su uso. Se ha evaluado la toxicidad aguda, por vía oral, en ratas, siendo la DL50 de 4,13 g/kg, lo cual indica una muy baja toxicidad para el aceite esencial y su componente mayoritario el linalol por esa vía. En un estudio realizado para evaluar la posible toxicidad crónica se estimó un NOAEL de aproximadamente 160 mg/kg/día tras la administración del aceite esencial durante 28 días a ratas.

En el año 2013, la European Food Safety Authority (EFSA) emitió un informe positivo sobre la seguridad del consumo del aceite fijo de los frutos como ingrediente de alimentos, aceptando una dosis máxima de 600 mg/día, equivalente a 8,6 mg/kg de peso corporal para un individuo de 75 kg. Esta dosis es muy superior a la normalmente ingerida en una dieta normal y 50 veces inferior a la estimada como NOAEL en ratas (450 mg/kg de peso corporal).

Por último, se debe destacar que en los estudios de valoración de distintas actividades en animales en los que se ha evaluado la posible toxicidad del cilantro, los resultados han sido siempre negativos. En un estudio sobre analgesia en ratones, se evaluó la toxicidad aguda de un extracto acuoso de frutos de cilantro, demostrándose que, a las dosis de 125-1000 mg/kg por vía intraperitoneal, no se produjo ninguna mortalidad en un periodo de 72 horas tras la administración.


Eficiencia de baricitinib en artritis reumatoide en España

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune que presenta una prevalencia significativa en nuestro país –aproximadamente el 0,5% de la población– originando una pérdida importante de la calidad de vida de quienes la padecen. El objetivo terapéutico consiste, pues, en la remisión o, al menos, en una reducción en la actividad de la enfermedad. Por ello, se insta a un inicio temprano del tratamiento con fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad de tipo convencionales (FAME-c), tales como metotrexato o éste combinado con glucocorticoides. En caso de no alcanzar la remisión, se recomienda la adición al tratamiento de un FAME biológico (FAME-b), habitualmente un inhibidor del factor de necrosis tumoral (anti-TNF). Finalmente, si este nuevo tratamiento fracasa, se recomienda el cambio a otro anti-TNF o a otro FAME-b que posea un mecanismo de acción diferente. Recientemente, se ha incorporado un nuevo FAME-b, baricitinib (BAR), que actúa inhibiendo reversiblemente la Janus kinasa tras su administración vía oral; en AR, se administra en monoterapia o asociado a metotrexato (MTX).

Para estimar la eficiencia del nuevo fármaco, los autores (Schlueter et al., 2019) analizaron el ratio coste-efectividad incremental (RCEI) de BAR (4 mg/día, vía oral) en comparación a adalimumab (ADA) (40 mg/2 semanas, vía subcutánea), uno de los FAME-b más habituales en el tratamiento de primera línea de la AR moderada-grave en pacientes que han fracasado a una terapia con FAME-c en España. Se diseñó un modelo de simulación de eventos discretos que analizaba los pacientes a lo largo de toda la vida y desde la perspectiva del sistema de salud español. La eficacia se obtuvo en función de los criterios del American College of Rheumatology (ACR) –habitualmente utilizados en la valoración de la AR– y los resultados del estudio clínico RA-BEAM, categorizando los mismos en valores de ACR: <20/≥20, <50/≥50 y <70/≥70. Si el paciente no alcanzaba al menos un ACR20 a las 24 semanas se le eliminaba del modelo, tratándolo con leflunomida junto con ciclosporina. La funcionalidad física se estimó mediante el Health Assessment Questionnaire-Disability Index (HAQ-DI), cuyos valores fueron transformados en valores de utilidad para calcular la calidad de vida de cada paciente en cada estado y transformarlo en años de vida ajustados a calidad (AVAC).

Por otro lado, los abandonos del tratamiento se estimaron a partir de los valores de la base de datos BIOBADASER, en la cual se registran los pacientes con AR en España. Los costes imputados se correspondieron con los de los fármacos BAR y ADA del tratamiento alternativo tras el fracaso terapéutico, las consultas de seguimiento de los pacientes y las hospitalizaciones. Una vez desarrollado el modelo para una muestra teórica de mil pacientes, dicho ejercicio se repitió en mil ocasiones, modificando aleatoriamente el valor de cada parámetro, en un análisis de sensibilidad probabilístico que evaluó la incertidumbre del modelo.

Los resultados demostraron que BAR se asocia con un incremento leve del beneficio alcanzado, así como con una disminución ligera del coste total, explicado por un menor coste de adquisición del fármaco y de las hospitalizaciones. En base a ello, la alternativa de BAR resultó dominante (Tabla 2). El análisis probabilístico estimó una probabilidad del 100% de que BAR fuera más coste-efectivo que ADA para una disposición a pagar de 5.000 .

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Los autores concluyen que los resultados del presente estudio sugieren que baricitinib puede ser una alternativa terapéutica eficiente en comparación con adalimumab en el tratamiento de pacientes con artritis reumatoide de moderada a grave, que no han obtenido una respuesta satisfactoria previa con fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad de tipo convencional o son intolerantes a los mismos.

Coste-efectividad de un test multigen en cáncer de mama

Las guías actuales para el manejo del cáncer de mama (CM) recomiendan la utilización de test genéticos en mujeres con dicho tumor que tienen antecedentes familiares o una probabilidad ≥10% de mutación de genes (sobre todo, BRCA1 y BRCA2). Otro gen, PALB2, ha sido también relacionado más recientemente con un incremento del riesgo de CM. La utilización de un test multigen a todas las mujeres con CM podría identificar muchas mutaciones, pero solo se realiza de forma efectiva en un 20-30% de las mujeres elegibles. El conocimiento del estatus de la enfermedad es importante pues permitiría elegir a las pacientes con cáncer unilateral susceptibles de someterse a una mastectomía profiláctica contralateral para reducir su riesgo de desarrollar cáncer contralateral, así como optar por una profilaxis quirúrgica del cáncer de ovario. Asimismo, se podría decidir el tratamiento con fármacos más precisos. Por todo ello, los autores (Sun et al., 2019) evalúan el ratio coste-efectividad incremental (RCEI) de la realización de un test genético a todos los pacientes con dagnóstico de CM, independientemente de sus antecedentes familiares, en Gran Bretaña (UK) y Estados Unidos (USA).

Los datos se tomaron de un total de 11.836 mujeres con CM invasivo, y se incorporaron a un modelo de microsimulación a nivel de paciente para analizar el coste y los resultados de investigar la mutación de los genes BRCA1, BRCA2 y PALB2 a todas las pacientes con CM en comparación con la práctica actual de realizar el test únicamente a aquellas con criterios clínicos o basados en antecedentes familiares. Se adoptó un horizonte temporal de toda la vida de las pacientes; asimismo, la perspectiva del análisis fue doble: del pagador y de la sociedad. Por ello, desde la perspectiva del pagador, los costes considerados fueron de tipo directo (test genético, consejo pre y post-test, manejo terapéutico del CM, cáncer de ovario, enfermedad coronaria), a los cuales se añadieron los de tipo indirecto (pérdida de productividad laboral) desde la perspectiva social.

El resultado se estimó en términos de supervivencia general (en años de vida), que posteriormente se transformaron en supervivencia ajustada a calidad (expresado como años de vida ajustados a calidad, AVAC). A partir de los resultados estimados se calculó el RCEI, realizando posteriormente un análisis probabilístico y estimando las curvas de aceptabilidad de coste-efectividad para diferentes disposiciones a pagar.

Los resultados mostraron que, desde la perspectiva del pagador, la realización del test multigen a todas las mujeres con diagnóstico de CM era eficiente, tanto en UK como en USA (Tabla 1). Asimismo, los resultados desde una perspectiva social mostraron eficiencia en la administración del test a todas las mujeres. El análisis de sensibilidad probabilístico demostró una probabilidad del 98% en UK –para una disposición a pagar de 30.000 /AVAC– y del 64% en USA –para una disposición a pagar de 100.000 $/AVAC– de que el test era coste-efectivo.

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Los autores concluyen que la administración en todas las mujeres de un test multigen para identificar mutaciones en BRCA1, BRCA2 y PALB2 puede reducir sustancialmente la incidencia de casos futuros de cáncer de mama y de ovario, así como la mortalidad asociada, en una estrategia que sería eficiente desde el punto de vista farmacoeconómico.

¿Qué es una intervención eficiente en España?

España fue pionera en la redacción de una checklist para valorar análisis económicos de tecnologías sanitarias (Sacristán et al., 1993); a instancias de la Dirección General de Aseguramiento y Planificación Sanitaria del Ministerio de Sanidad y Consumo y de la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios, lo fue también en la elaboración de una propuesta metodológica para la realización de dichos análisis (Rovira et al., 1995). Tiene depositada, en el mismo sitio web del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, un método (no oficial) para la evaluación económica de nuevas prestaciones (Pinto et al., 2003); además, mediante un proyecto financiado por el Ministerio de Sanidad y Consumo, realizó una nueva propuesta de guía para la evaluación económica de tecnologías sanitarias, que sirviera de guía para la elaboración de este tipo de trabajos (López-Bastida et al., 2010).

Pero, a pesar de todo ello, España no tiene aún una guía metodológica oficial para la elaboración de evaluaciones económicas de tecnologías sanitarias, como existe en numerosos países. Y sin embargo, el Real Decreto-Ley 17/2012 indica explícitamente que “La inclusión de medicamentos en la financiación del Sistema Nacional de Salud se posibilita mediante la financiación selectiva y no indiscriminada teniendo en cuenta… su relación coste-efectividad”. El problema que subyace es la inexistencia de un umbral de la eficiencia –coste incremental máximo que se pagaría por obtener una unidad adicional de resultado, habitualmente expresado en años de vida ajustados a calidad (AVAC)–, como tienen por ejemplo Gran Bretaña (20.000-30.00 /AVAC) o Estados Unidos (50.000 $/AVAC). Ello permitiría presuponer si una nueva tecnología es o no eficiente y, en base a ello, decidir sobre su financiación pública.

Hace 15 años, un grupo de investigadores españoles intentó responder a la pregunta: “¿qué es una tecnología sanitaria eficiente en España?” (Sacristán et al., 2002) revisando los estudios económicos publicados hasta entonces y observando cuál había sido la decisión de financiación pública. En dicho estudio se constató que aquellas tecnologías cuyo ratio coste-efectividad incremental (RCEI) era ≤30.000 /año de vida ganado habían sido generalmente aceptadas. Aunque ya ha pasado bastante tiempo desde 2002 y, obviamente, el poder adquisitivo se ha reducido (simplemente por la inflación), se sigue manejando dicha cifra –como /AVAC– aunque de forma tácita y no explícita.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud describió un método para estimar el umbral de la eficiencia en función del poder económico de los países, pues una misma cantidad muestra una capacidad de adquisición muy distinta en función de la economía de cada país (en concreto, según su producto interior bruto -PIB). Así, establecieron que un valor razonable para dicho umbral se situaría entre 1 y 3 veces el PIB de cada país.

Más recientemente, Vallejo-Torres y colaboradores (Vallejo-Torres et al., 2018), en un estudio encargado por el Ministerio de Sanidad, proponen un rango de umbral de eficiencia entre 22.000 y 25.000 /AVAC. Esta cifra ha sido adoptada rápidamente como umbral para las evaluaciones de nuevos medicamentos elaboradas por el grupo GENESIS, de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. Igualmente, dicho valor –basado en datos de 2008-2013– debería ser también actualizado a la fecha actual.

Los autores concluyen que, de forma orientativa, podría ser razonable un valor umbral de 25.000 /AVAC, que implicaría que serían aceptadas para su financiación pública las nuevas tecnologías sanitarias (medicamentos, productos sanitarios, etc.) que mostrasen un RCEI inferior a dicha cifra. Asimismo, se podría indicar un valor máximo de 60.000 /AVAC, de modo que en el rango 25.000-60.000 se deberían considerar otros criterios adicionales al de eficiencia (como gravedad de la enfermedad, existencia de alternativas, etc.) para decidir finalmente sobre la financiación pública.

Trastornos del espectro autista: ¿La administración de ISRS en población pediátrica es eficaz?

Un ensayo de fase 2 ha demostrado que la fluoxetina ejerce una eficacia significativa –en términos de reducción de la puntuación de escalas específicas– en comparación con placebo en el control de los comportamientos obsesivo-compulsivos de pacientes pediátricos con trastornos del espectro autista. No obstante, la alta tasa de abandonos en ambos brazos de tratamiento y la presencia de factores de confusión limita la interpretación de los resultados, haciendo necesaria la realización de futuros estudios para extraer conclusiones firmes.

Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) se emplean, además de su extendido uso como antidepresivos, con el objetivo de limitar la intensidad de los trastornos obsesivo-compulsivos. No obstante, su eficacia sobre la gravedad de los comportamientos propios de los trastornos del espectro autista sigue siendo incierta. A este respecto, se ha desarrollado un ensayo clínico de fase 2, multicéntrico (3 centros de salud en Australia), aleatorizado y controlado con placebo con el objetivo de determinar la eficacia de fluoxetina en la reducción de la frecuencia y gravedad de los comportamientos obsesivo-compulsivos en pacientes pediátricos.

Un total de 146 pacientes con edades entre 7,5 y 18 años (85% género masculino, edad media 11,2 años) con trastornos del espectro autista y una puntuación total ≥6 en la escala infantil de Trastornos Obsesivo-Compulsivos de Yale-Brown modificada para el trastorno generalizado del desarrollo (CYBOCS-PDD, con una rango de puntuaciones entre 0 y 20, las mayores puntuaciones indican un mayor nivel de conductas desadaptativas) fueron reclutados en un periodo de casi 7 años (2010-2017) y asignados al azar (1:1) a recibir fluoxetina (N= 75) o placebo (N= 71) durante 16 semanas. El fármaco se administró a una dosis de 4 u 8 mg/día durante la primera semana, ajustando posteriormente por peso a una dosis máxima de 20-30 mg/día durante 4 semanas. Como variable primaria de eficacia se evaluaron los cambios en la escala CYBOCS-PDD, según un modelo de regresión lineal ajustado por factores de estratificación (entre ellos, centro, edad o discapacidad intelectual).

Cabe destacar que hasta 31 pacientes en el grupo de fluoxetina y 21 en el brazo placebo abandonaron el estudio o interrumpieron tratamiento, de forma que solo 109 pacientes completaron el ensayo. A las 16 semanas, la puntuación media de la escala CYBOCS-PDD disminuyó, en comparación con el estado basal, en 3,72 puntos (IC95% -4,85, -2,60) en el grupo de fluoxetina (de 12,80 a 9,02 puntos), y en 2,53 puntos (IC95% -3,86, -1,19) en el grupo placebo (de 13,13 a 10,89 puntos). Así, la diferencia media entre los grupos fue de -2,01 puntos (IC95% -3,77, -0,25), por encima del cambio mínimo de 2 puntos que se considera una importancia clínicamente relevante.

En definitiva, se trata de un estudio preliminar que demuestra una eficacia significativa de la fluoxetina –comparada con placebo– en el control de comportamientos obsesivo-compulsivos en niños y adolescentes con trastornos del espectro autista, aunque la interpretación de la validez de los resultados se ve limitada por la alta tasa de abandonos y la presencia de factores de confusión en el análisis y los desequilibrios en las condiciones basales. Se requieren futuros estudios que permitan elucidar el potencial de los ISRS en el manejo de esos pacientes.

Atrofia muscular espinal: Prometedores resultados de nusinersén en lactantes presintomáticos

Un análisis intermedio del ensayo de fase 2 NURTURE, con una mediana de seguimiento de casi 3 años ha demostrado que nusinersén, administrado a lactantes asintomáticos con diagnóstico genético confirmado de atrofia muscular espinal tipo I o II (N= 25), aporta un beneficio clínico muy significativo, con tasas de supervivencia del 100%. Todos los pacientes pediátricos tratados podían sentarse sin ayuda, ninguno necesitaba ventilación permanente y casi todos (88%) podían caminar de forma independiente.

La atrofia muscular espinal (AME) es una enfermedad neurodegenerativa asociada a alteraciones genéticas específicas (en su mayoría deleciones homocigóticas en el gen SMN1 del cromosoma 5q resultantes en una menor producción de la proteína de supervivencia de la neurona motora) y que cursa con atrofia muscular severa y debilidad en las extremidades y el tronco. Afecta en gran medida a recién nacidos cuya esperanza de vida no suele superar los 2-3 años. Nusinersén (Spinraza®) es un oligonucleótido antisentido que altera el empalme del pre-ARNm del gen SMN2 –responsable de una pequeña producción de proteína SMN– para promover la expresión de la proteína SMN de longitud completa, a diferencia de lo que ocurre en AME, en que la proteína es sintetizada de forma incompleta y es disfuncional; ha sido el primer tratamiento modificador de la enfermedad autorizado en España frente a AME, comercializado desde 2018.

En el momento de su autorización existían evidencias de su perfil beneficio-riesgo muy favorable en lactantes sintomáticos, con datos que sugerían una mayor eficacia en aquellos pacientes tratados con una menor duración de la enfermedad. Recientemente, se han divulgado los resultados del análisis intermedio del ensayo clínico NURTURE de fase 2, multicéntrico, abierto y de un único brazo, que está aún en marcha y evalúa la eficacia y seguridad de nusinersén en pacientes presintomáticos. Se incluyeron un total de 25 lactantes con diagnóstico genético confirmado de AME de menos de 6 semanas de edad en los que se consideró muy probable el desarrollo de AME tipo I o tipo II, en base al número de copias de SMN2 (15 de ellos tenían 2 copias y 10 tenían 3 copias) e historia familiar (hermanos afectados).

La mediana de edad en la última visita se situaba en 34,8 meses, sobrepasando de largo el periodo de inicio esperado de los síntomas de AME tipo I o II. En ese momento, todos los pacientes tratados con nusinersén estaban vivos y ninguno había necesitado una traqueotomía o ventilación mecánica permanente para la respiración (solo 4 pacientes con 2 copias de SMN2 necesitaron soporte respiratorio durante ≥6 h/día durante ≥7 días consecutivos, iniciado durante enfermedades agudas reversibles). Los 25 (100%) participantes mantenían la capacidad de sentarse sin apoyo, 23 (92%) lograban caminar con ayuda y 22 de ellos (88%) podían caminar de forma independiente. En cuanto a la seguridad, 8 de los niños (32%) tuvieron eventos adversos considerados posiblemente relacionados con nusinersén por los investigadores, sin identificarse problemas de seguridad diferentes a los ya conocidos para el fármaco.

Estos resultados, que representan una mediana de seguimiento de 2,9 años, enfatizan la importancia del inicio del tratamiento con nusinersén inmediatamente después de establecer el diagnóstico genético de AME en lactantes presintomáticos. El creciente interés en el cribado neonatal podrá implicar grandes beneficios en el tratamiento de esta patología.

Psoriasis: Probióticos como nueva opción de tratamiento adyuvante

Un novedoso estudio clínico aporta evidencias de la notable eficacia de la suplementación con una mezcla de probióticos (en concreto, Bifidobacterium longum, B. lactis y Lactobacillus rhamnosus) en pacientes con psoriasis en placas tratados con fármacos tópicos. Tras un tratamiento de 12 semanas, la coadministración de probióticos mejoró significativamente, en comparación con placebo, la proporción de pacientes que alcanzaban PASI75 (66,7% vs. 41,9%; p<0,05) y puntuación 0-1 en el índice PGA (48,9% vs. 30,2%). Además, los resultados sugieren que se reduce el riesgo de recaídas a largo plazo (al menos 6 meses).

La psoriasis es, de forma similar a la colitis ulcerosa, otra enfermedad autoinmune y crónica en cuyo tratamiento también se suelen emplear, para casos moderados-severos, fármacos biológicos (inhibidores de TNFα y de diversas interleucinas), además de fototerapia y de los denominados fármacos modificadores de la enfermedad (FAME), entre los que se incluyen los corticosteroides, metotrexato, ciclosporina, apremilast, etc. Un reciente estudio desarrollado por un grupo de investigación español ha planteado la novedosa posibilidad de que la administración de probióticos podría ser beneficiosa en pacientes con psoriasis, dada la relación previamente descrita entre el estado de la microbiota intestinal con la patogénesis de la enfermedad; concretamente, se describió una disminución en la población de microorganismos del género Bacterioides y un incremento de aquellos del género Akkermansia.

Para ello, los autores han desarrollado un ensayo clínico aleatorizado, doblemente ciego y controlado con placebo, con el objetivo de evaluar la eficacia y la seguridad en la reducción de la gravedad de la psoriasis de una mezcla probiótica compuesta por Bifidobacterium longum, B. lactis y Lactobacillus rhamnosus, microorganismos que han demostrado actividades antioxidantes y/o antiinflamatorias en trabajos preliminares. Un total de 90 pacientes adultos (18-70 años) con psoriasis en placas fueron asignados al azar (1:1) a recibir cápsulas con dicha mezcla de probióticos o con placebo, evaluándose como variables primarias de eficacia la puntuación PASI (Psoriasis Area and Severity Index) y el índice PGA (Physician Global Assessment). Todos los pacientes recibieron durante el tiempo de estudio tratamiento tópico con betametasona más calcipotriol.

A las 12 semanas de seguimiento, el 66,7% de los pacientes en el grupo experimental mostró una mejoría notable en la escala PASI de hasta el 75% (p<0,05), frente al 41,9% en el grupo control. Adicionalmente, los resultados pusieron de manifiesto una diferencia clínicamente significativa en el índice PGA, alcanzando la puntuación de 0-1 (indicativo de un manejo terapéutico óptimo) el 48,9% de pacientes tratados con probióticos, en comparación con el 30,2% del grupo placebo. Con un seguimiento de 6 meses después del final del estudio, se identificó un menor riesgo de recaída en aquellos pacientes tratados con probióticos, y el análisis de la microbiota intestinal confirmó la eficacia del probiótico en la modulación de su composición.

En resumen, la coadministración de probióticos podría representar una nueva alternativa terapéutica para potenciar la eficacia de los tratamientos farmacológicos actualmente recomendados en una enfermedad que afecta a entre el 2 y el 5% de la población mundial. Permitiría reducir el riesgo de recaídas y, además, surge la hipótesis de que esta suplementación nutricional podría prevenir el desarrollo de la enfermedad, si bien se requieren ensayos clínicos más amplios y con mayor seguimiento para verificar esta posibilidad.

Colitis ulcerosa: La eficacia de vedolizumab resulta superior a la de adalimumab

Un reciente ensayo clínico de fase 3b, que ha incluido a pacientes con colitis ulcerosa clínicamente activa de moderada a severa (N= 769), ha demostrado que vedolizumab es una opción de tratamiento más eficaz que adalimumab, pues proporciona mayores tasas de remisión clínica –diferencia de casi 9 puntos porcentuales– y de mejoría endoscópica significativa –diferencia de 11,9 puntos–, con una menor incidencia de infecciones graves (principal problema de seguridad de estos inmunomoduladores).

Los fármacos biológicos son ampliamente empleados en el tratamiento de pacientes con colitis ulcerosa, pero los datos clínicos de comparaciones directas entre los distintos fármacos son escasos. Para arrojar luz sobre la eficacia comparativa de dos opciones terapéuticas, se ha desarrollado un ensayo clínico aleatorizado de fase 3b, multicéntrico y multinacional (245 centros en 34 países), doblemente ciego y con doble simulación, que comparó la farmacodinamia de vedolizumab (Entyvio®, un anticuerpo monoclonal que se une a la integrina α4β7 e inhibe la migración de linfocitos Th al intestino) y adalimumab (Humira® y biosimilares, un anticuerpo monoclonal que se une e inhibe específicamente el TNFα y su efecto pro-inflamatorio).

Se incluyeron un total de 769 pacientes con colitis ulcerosa clínicamente activa de moderada a severa, de los cuales hasta el 25% podía haber recibido un tratamiento previo con inhibidores del TNFα. Con el objetivo de demostrar la superioridad de vedolizumab, fueron asignados al azar a recibir infusiones de dicho fármaco (N= 383) en el día 1 y en las semanas 2, 6, 14, 22, 30, 38 y 46 o inyecciones subcutáneas de 40 mg de adalimumab (N= 386), con una dosis total de 160 mg en la semana 1, 80 mg en la semana 2 y 40 mg cada 2 semanas a partir de entonces y hasta la semana 50; en ambos grupos también se administraron inyecciones o infusiones de placebo. La variable primaria fue la remisión clínica (definida como puntuación total ≤2 en la escala de Mayo y ningún subcomponente de dicha escala con puntuación >1). Además, se evaluó la mejoría endoscópica (puntuación 0-1 en el componente endoscópico de la escala Mayo) y la remisión libre de corticosteroides.

Los resultados demuestran que, a la semana 52, se observó remisión clínica en un porcentaje mayor de pacientes en el grupo de vedolizumab que en el grupo de adalimumab (31,3% vs. 22,5%; diferencia de 8,8 puntos porcentuales; IC95% 2,5-15,0; p= 0,006), como también ocurría con la mejoría endoscópica (39,7% vs. 27,7%; diferencia de 11,9 puntos; IC95% 5,3-18,5; p<0,001). Sin embargo, la tendencia de la remisión clínica libre de corticosteroides era favorable a adalimumab, con un menor porcentaje de pacientes que cumplían dicho criterio en el grupo de vedolizumab (12,6% vs. 21,8%; diferencia de -9,3 puntos; IC95% -18,9 a 0,4). En cuanto a la seguridad, las tasas de incidencia de infecciones –ajustadas a la exposición al fármaco– fueron 23,4 y 34,6 eventos/100 pacientes-año con vedolizumab y adalimumab, respectivamente; las tasas de infecciones graves fueron de 1,6 y 2,2 eventos/100 pacientes-año.

En definitiva, en pacientes con colitis ulcerosa activa de moderada a severa, vedolizumab emerge como una opción terapéutica más eficaz que adalimumab en términos de remisión clínica y mejoría endoscópica, con un perfil de seguridad más benigno. Sin embargo, dicha superioridad no se confirma en términos de remisión clínica libre de corticosteroides, que es también una variable clínica relevante en estos pacientes.