En noviembre, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Almería organizó una actividad formativa centrada en la microbiota, con el propósito de concienciar y capacitar a los farmacéuticos sobre su relevancia y el papel fundamental de los probióticos en la salud humana.
El evento formativo contó con la participación de Gabriela Pocoví, doctora en Medicina y Salud Pública por la Universidad de Granada y nutricionista-dietista por la Universidad Central de Venezuela, y con Carole Picard, científica del Laboratorio Cobas y el Instituto de Microecología.
Desde la farmacia comunitaria, los farmacéuticos tienen una posición clave como agentes de salud para educar y orientar a la población en el cuidado de la microbiota intestinal, la elección adecuada de probióticos y su impacto en trastornos digestivos, inmunológicos y otros problemas de salud. Este tipo de formación refuerza el papel del farmacéutico como promotor de salud, mejorando su capacidad para recomendar tratamientos basados en evidencias científicas, optimizando el uso de probióticos en combinación con otras terapias y contribuyendo a la prevención y manejo de diversas patologías.
Los farmacéuticos tienen una posición clave como agentes de salud para educar y orientar a la población en el cuidado de la microbiota intestinal, la elección adecuada de probióticos y su impacto en trastornos digestivos, inmunológicos y otros problemas de salud»
Tal y como recordó Pocoví en esta jornada patrocinada por Pileje, Stada, Cobas y NutriExperts: “las alteraciones de la microbiota son muy habituales hoy día, que se conoce como disbiosis intestinal a todas aquellas alteraciones del microbioma, la comunidad de microorganismos como hongos, bacterias y virus que tenemos”.
La doctora y nutricionista explicó que los cambios en los hábitos de alimentación e higiene han favorecido el aumento de ciertas afecciones: “el exceso de higiene podría estar relacionado con este fenómeno. Tememos a microorganismos como virus y bacterias, pero muchos de ellos son aliados esenciales. Antes vivíamos más apegados a la tierra y teníamos más contacto con esos bichitos, lo que hacía que hubiera un intercambio adecuado para ir nutriendo esas bacterias del intestino”.
Constante expansión
Además, añadió que “consumíamos más alimentos fermentados”, mientras que en la actualidad “todo suele estar pasteurizado, procesado y empaquetado, lo que elimina esas bacterias beneficiosas”. Como consecuencia “tenemos que recurrir a los probióticos para sustituir o paliar los cambios que hemos hecho los estilos de vida”.
Afortunadamente, y aunque no existe una solución universal que funcione igual para todos, la nutricionista considera que “es necesario que un profesional sanitario, como el farmacéutico, personalice las pautas”.
Pocoví destacó por tanto que “el mercado de los probióticos está en constante expansión, con cada vez más opciones terapéuticas que nos permiten tratar desde la microbiota intestinal hasta la vaginal u oral”. “Aunque la microbiota intestinal es la más abundante y relevante, también debemos considerar las otras. Gracias a estos tratamientos podemos controlar infecciones recurrentes, controlar las defensas y mejorar el sistema inmunitario”, concluye.