La cultura de la delgadez está plenamente vigente en nuestra sociedad. Se impone un patrón de medidas corporales que en muchas ocasiones es difícil de alcanzar sin que se vea afectada la salud física y mental de los adolescentes. Este, junto con otros factores, ha conducido a que un cierto porcentaje de jóvenes presenten trastornos alimentarios, como la anorexia o la bulimia.
El término genérico de anorexia implica la pérdida del apetito. Es un trastorno grave y prolongado de la conducta alimentaria, cuyo objetivo es conseguir una voluntaria pérdida de peso, que posteriormente se vuelve incontrolable. Se caracteriza por una disminución radical de la ingestión de cualquier tipo de alimentos y por un exceso de actividad física. La anorexia nerviosa afecta sobre todo a adolescentes del sexo femenino, con una edad media de 17 años.
Por su parte, en la bulimia nerviosa el sujeto realiza una ingesta desmedida de alimentos, seguida de una provocación voluntaria del vómito. De esta manera el paciente pretende evitar el aumento de peso; aunque no siempre lo consigue.
Estos trastornos alimentarios acarrean consecuencias psíquicas, además de otras físicas. El 50% de las pacientes acaban sufriendo trastornos afectivos, y aproximadamente el 20 % muestran síntomas graves de depresión mayor.
Aunque algunas de las características de la anorexia y de la bulimiapueden ser fácilmente percibidas por cualquier persona, existen otros muchos elementos que precisan ser valorados adecuadamente. Por ello, el diagnóstico sólo puede ser realizado por un médico especializado en este tipo de trastornos.
A veces, desde la oficina de farmacia se detecta el intento de utilización de algunos medicamentos que no precisan receta médica con el fin de utilizarlos inadecuadamente para perder peso. Este el caso de ciertos diuréticos y laxantes.
Si la enfermedad se detecta precozmente puede ser tratada en régimen ambulatorio, con un adecuado control clínico, estableciendo tanto las pautas dietéticas como la terapia psicológica y el tratamiento farmacológico. Sin embargo, un determinado porcentaje de pacientes con anorexia nerviosa, requieren su internamiento en centros hospitalarios especializados. La recuperación del peso no significa necesariamente que se haya alcanzado la curación definitiva.
En el caso de la bulimia, el porcentaje de las mujeres que se recupera es relativamente alto, mientras que en la anorexia nerviosa es notablemente inferior. Aproximadamente, una de cada tres mujeres tanto con anorexia como con bulimia vuelven a recaer, sin que pueda preverse qué pacientes recaerán y cuales no.
No lo olvide: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre éstas y otras cuestiones relacionadas. Y recuerde que una detección precoz de la anorexia y la bulimia facilitará una más rápida recuperación