La apendicitis aguda consiste en la inflamación y posterior infección del apéndice cecal, un pequeño saco localizado en el intestino grueso. Es la segunda causa de cirugía abdominal de emergencia y ocurre con más frecuencia en personas con edades entre 10 y 30 años, aunque pueden presentarse a cualquier edad. En los casos de apendicitis es importante consultar lo más pronto posible a su médico ante la presencia de los síntomas característicos de la enfermedad, para permitir de esta manera, un diagnóstico rápido y tratamiento que prevenga complicaciones posteriores.
Durante la infancia, la función del apéndice es la producción de células de defensa, pero a lo largo de la vida pierde su esta función. En ocasiones se desconoce el origen de la inflamación del apéndice. Una de las explicaciones es la presencia de cuerpos extraños que causan obstrucción, produciéndose a continuación una disminución en la oxigenación en el tejido del apéndice, ulceración y posterior invasión de bacterias.
El método de diagnóstico más importante de apendicitis aguda, es la evaluación realizada por el médico, quien a partir del examen físico realizado al paciente y el interrogatorio acerca del dolor y síntomas asociados, puede sospechar la causa del cuadro clínico y descartar otro tipo de entidades. Los pacientes con diagnóstico de apendicitis aguda deben ser hospitalizados y evaluados por un especialista en cirugía, quien realizará el manejo quirúrgico. La apendicectomía consiste en la extracción del apéndice cecal a través de una pequeña incisión en la región inferior derecha del abdomen. Después de una intervención generalmente no complicada, la persona puede comer en las siguientes 24 a 36 horas y retornar a las actividades diarias en menos de dos semanas. Si el paciente presenta peritonitis, la herida quirúrgica debe ser más larga y localizada en la mitad del abdomen, que permita la limpieza de la cavidad abdominal.
En estos casos, los pacientes también reciben antibióticos por vía intravenosa y permanecen hospitalizados por períodos más prolongados. Existen casos especiales que deben tenerse en cuenta, porque en muchas ocasiones son de presentación atípica como en el caso de niños menores de 5 años, quienes presentan irritabilidad, diarrea, distensión del abdomen y flexión constante de los muslos. Otro grupo difícil de diagnosticar es el de las mujeres embarazadas; durante los primeros seis meses de gestación los síntomas son iguales a los encontrados en la población general, pero en los últimos tres meses el útero aumentado de tamaño desplaza el apéndice cecal hacia arriba, causando de esta manera síntomas atípicos.
No lo olvide: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre éstas y otras cuestiones relacionadas. Y recuerde que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso global de adecuación, efectividad y seguridad de los tratamientos con medicamentos.