Los diabéticos son más propensos a padecer alteraciones en la boca y en los pies, debido a sus especiales características. El paciente diabético debe esmerar la higiene bucal, dada la mayor propensión de este tipo de enfermos a padecer infecciones y otras patologías bucales. Asimismo, el enfermo diabético tiene que saber que sus pies necesitan de un cuidado especial y una vigilancia continua.
Un diabético bien equilibrado no es más propenso que una persona sana a padecer patologías bucales; sin embargo, en el momento que su diabetes se desequilibra sufre con más frecuencia caries. Estas caries son múltiples y atacan a la base de los dientes, complicándose con facilidad. A veces pueden causar la fractura del diente y frecuentemente están enmascaradas por depósitos de sarro. En la diabetes juvenil o en adultos no tratados, frecuentemente se observan alteraciones en los tejidos bucales, como gingivitis.
El diabético debe esmerar especialmente su higiene bucal. La limpieza dental al menos dos veces al día se hace imprescindible. Para efectuarla es conveniente utilizar un cepillo blando y corto, para evitar lesionar las encías, y un dentífrico con fluor. Una vez terminado el lavado puede utilizarse un elixir o simplemente sal común disuelta en agua caliente para el enjuague. Además, es aconsejable aplicar un masaje diario a las encías con el dedo índice o pulgar. Por último, el empleo de seda o hilo dental puede ser una gran ayuda para la óptima limpieza bucal del diabético.
En cuanto a los pies, la condición del diabético hace que puedan ser asiento de ciertas patologías. Entre ellas encontramos la neuropatía diabética, que puede definir como una complicación de la diabetes que implica a los nervios periféricos. Estas alteraciones conducen a una pérdida de sensibilidad de las extremidades que hace que el diabético no se de cuenta de pequeños traumatismos e infecciones. Los efectos de la neuropatía se hacen sentir con mayor frecuencia en piernas y pies; así, los pacientes se quejan de hormigeo, falta de sensibilidad, escozor, calambres en las pantorrillas y ataques más o menos intensos de dolor que se presentan sobre por la noche. Las patologías infecciosas que se presentan en el pie del diabético pueden ser superficiales, como la micosis interdigital, o profundas; estas últimas de carácter evolutivo.
Para prevenir posibles alteraciones en los pies el diabético debe examinar con detalle y diariamente sus pies e informar al médico inmediatamente de cualquier modificación. Como conducta habitual el diabético debe lavarse diariamente los pies con agua tibia y jabón ácido, secándose posteriormente con cuidado. Si observa que la piel está muy seca se aplicará una crema hidratante neutra.
No lo olvide: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre éstas y otras cuestiones relacionadas. Y recuerde que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso global de adecuación, efectividad y seguridad de los tratamientos con medicamentos.