La forma farmacéutica es la estructura a la que se adaptan los principios activos y excipientes para constituir una especialidad o fórmula magistral. También se denominan "formas galénicas" o "formas de dosificación". Algunos ejemplos de formas farmacéuticas son las cápsulas, los comprimidos o los inyectables. La Ley del Medicamento define la forma galénica o forma farmacéutica como "la disposición individualizada a que se adaptan las sustancias medicinales y excipientes para constituir un medicamento". Las formas farmacéuticas más comunes son las que se administran por vía oral.
Las que tomamos por vía oral se presentan en forma líquida y sólida. Las líquidas son más fáciles de ingerir, suelen ser de uso pediátrico y geriátrico, son de respuesta terapéutica más rápida y de dosificación fácil y cómoda. Una de las formas farmacéuticas líquidas más habituales son los jarabes, formados por una solución acuosa casi saturada de sacarosa. Además existen soluciones orales, suspensiones orales, elixires, y ampollas y viales bebibles. Estas últimas de utilización casi exclusiva para fármacos que requieren condiciones muy especiales de conservación y que se presentan en dosis unitarias.
Las formas farmacéuticas oral por vía sólidas más habituales son las cápsulas y los comprimidos. Las cápsulas están protegidas por una cubierta normalmente de gelatina o bien de gelatina y glicerina, dentro de la cual se introduce el fármaco y excipiente. Los comprimidos son también formas farmacéuticas sólidas de administración por vía oral, constituidas por un polvo o granulado sometido a compresión. Además de los comprimidos típicos existen otros tales como sublinguales, efervescentes o masticables.
Las pastillas son formas farmacéuticas sólidas, elásticas, destinadas a disolverse lentamente en la boca. Están elaboradas en su mayoría a base de gelatina y sacarosa, y , generalmente, se utilizan para conseguir efectos locales. Por otra parte, están los polvos que son administrados también por vía oral y se constituyen de una mezcla de sólidos finamente divididos. Se deben conservar herméticamente cerrados para evitar el ataque de la humedad.
Los granulados, son muy similares a los polvos, pero se diferencian en que los constituyentes han sido sometidos a un proceso que los transforman en granos más o menos gruesos según convenga. Por último las conocidas como formas recubiertas, son formas obtenidas mediante el recubrimiento de núcleos, habitualmente comprimidos, con diversos fines como evitar efectos indeseables a nivel gástrico o impedir la degradación del fármaco. Otras formas farmacéuticas sólidas son los sobres y las tabletas.
Existen otros tipos de formas farmacéuticas que son las que se administran por vía rectal, por vía parenteral, por vía vaginal o por vía tópica.
No lo olvide: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre éstas y otras cuestiones relacionadas. Y recuerde que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso global de adecuación, efectividad y seguridad de los tratamientos con medicamentos.