Las heridas son
lesiones por rotura de la piel producidas por golpes, cortes o
abrasión. El nivel de gravedad es muy variable, y dependerá de él los síntomas que presente el paciente. El dolor, en mayor o menor medida,
siempre acompaña a una herida o a un corte. Otro tanto ocurre con el sangrado, que será de mayor o menor intensidad dependiendo de donde esté localizada la herida y de la profundidad de la misma.
El tratamiento
más urgente que hay que aplicar sobre una herida o un corte es limpiar la zona afectada. La limpieza se ha de realizar con agua fría y con ayuda de jabón si no es muy profunda porque del contrario se podría irritar más la zona. Posteriormente se secará con cuidado
la herida con una toalla limpia o gasa y dependiendo de la gravedad se tapará o se dejará al aire. Es aconsejable dejar al aire las heridas de poca importancia porque cicatrizan mejor. Para la limpieza de la herida podemos ayudarnos también de agua oxigenada, pero siempre después de haber sido utilizada previamente agua normal y nunca en heridas muy extensas o profundas.
Para limpiar heridas y cortes quitaremos con ayuda de nuestras manos limpias
o pinzas esterilidadas, las partículas que pudieran estar dentro o en sus alrededores como vidrio, astillas, o arena. Por el contrario las heridas
grandes y profundas no se han de lavar, se
cubrirán con una venda limpia y se buscará ayuda médica.
La hemorragia moderada y controlada de la herida en un primer momento es buena, debido a que permite limpiar mejor el interior de la misma. Las heridas mayores y con hemorragia incontrolada habrá que taparlas haciendo presión con gasas o toallas limpias y remitir urgentemente al médico. Si no se pudiese presionar debido a que hay un objeto punzante que lo impide, se colocará un torniquete alrededor del miembro lastimado. Las aplicaciones de puntos de sutura pueden ser necesarias si la herida es profunda, los bordes no permanecen juntos o
son puntiagudos.
Una de las complicaciones más temibles de cualquier corte,
mordedura u otro tipo de herida, incluso pequeña, es la infección por tétanos. Dicha infección puede desarrollarse días o incluso semanas después de la herida, dando lugar a una rigidez de los músculos de la mandíbula y de otros músculos, pudiendo llegar incluso a las convulsiones y a la incapacidad para respirar. Para evitarlo s
e ha de aplicar lo más rápidamente la inmunoglobulina antitetánica a aquellos pacientes que no hayan sido vacunados nunca. Estos pacientes más tarde han de recibir la vacunación completa y aquellos que sí que fueron vacunados pero hace más de 10 años , se les pondrá una dosis de recuerdo.
No lo olvide: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre éstas y otras cuestiones relacionadas. Y recuerde que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso global de adecuación, efectividad y seguridad de los tratamientos con medicamentos.