Descripción vídeo
Videoconsejo en el que se abordan las infecciones respiratorias más frecuentes en adultos. Una iniciativa del Consejo General de Colegios Farmacéuticos y @medicinatelevision_tv con la colaboración de @GSK .
Las infecciones del tracto respiratorio son una de las causas más frecuente de consulta en atención primaria y representan hasta el 60% de las urgencias hospitalarias por procesos infecciosos. Aunque lo más común es que se desarrollen como un proceso leve y de escasa trascendencia —como por ejemplo, un resfriado común—, en algunos casos tienen una importante repercusión clínica, como ocurre en la neumonía.
La mayor parte de las infecciones respiratorias están causadas por virus, como el de la gripe o el virus respiratorio sincitial. No obstante, algunas bacterias son causa de enfermedades potencialmente graves, como el neumococo (Streptococcus pneumoniae) o la bacteria que provoca la tosferina (Bordetella pertussis).
El tratamiento puede variar ampliamente. En algunos casos, es solo sintomático, siendo aconsejable el reposo y una buena hidratación que compense las pérdidas de agua. Pero en los casos graves se puede requerir asistencia hospitalaria o la administración de antibióticos en caso de infección bacteriana.
Con el objetivo de prevenir la enfermedad respiratoria grave y de evitar la propagación del agente infeccioso, es aconsejable conocer y seguir las recomendaciones de vacunación, tanto en la población infantil como en la edad adulta. Vamos a destacar las principales opciones profilácticas disponibles en adultos.
Frente a la gripe, la vacunación no se recomienda para toda la población, sino para las personas que presentan algún factor de riesgo, como una edad superior a 65 años, embarazo, determinadas enfermedades crónicas —como por ejemplo, enfermedades cardiovasculares, respiratorias o diabetes— o tratamiento inmunosupresor.
Están comercializadas vacunas antigripales con virus inactivados y atenuados, y aunque ninguna de ellas provoca la enfermedad, durante el embarazo se recomienda optar por las vacunas inactivadas. En caso de que te encuentres entre los grupos de riesgo, podrás recibir la vacuna antigripal en tu centro de salud. Sin embargo, si quieres vacunarte a pesar de no presentar condición de riesgo, puedes adquirir las vacunas en tu farmacia, siempre con receta médica.
Por otro lado, el neumococo es el agente causal más común de la neumonía bacteriana, aunque la vacunación generalizada durante la infancia ha permitido reducir notablemente la incidencia de esta infección.
En la etapa adulta, el Ministerio de Sanidad recomienda la administración de la vacuna frente a los 23 serotipos más frecuentes del neumococo (llamada 23-valente) a partir de los 65 años y en grupos de población con factores de riesgo, aunque algunas Comunidades Autónomas tienen sus propios planes de vacunación en estos grupos.
En algunos casos, como en casos de inmunodeficiencia grave, infección por VIH, insuficiencia renal o cirrosis hepática, se puede seguir una pauta de vacunación distinta, utilizando la vacuna 13-valente (que cubre 13 serotipos) y posteriormente, al menos 8 semanas después, la vacuna 23-valente.
Por último, la tosferina es una enfermedad que cursa con crisis de tos, dificultad para respirar y riesgo de convulsiones; puede ser grave e incluso letal, especialmente en menores de un año, por lo que todos los niños reciben la vacuna llamada triple bacteriana (protege también frente a difteria y tétanos), que contiene toxoide pertúsico: una modificación de la toxina que produce la bacteria que es capaz de activar al sistema inmunitario pero no produce la enfermedad.
En población adulta, se aconseja la administración de una dosis de la vacuna frente a la tosferina a las embarazadas a partir de la semana 27 de gestación y preferentemente en la semana 27 o 28, para proteger al lactante cuando nazca.
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