El hogar guarda un auténtico arsenal de productos tóxicos potencialmente peligrosos para los más pequeños, sobre todo los relacionados con la limpieza. Son productos que, una vez absorbidos, son capaces de alterar, en un sentido nocivo, las funciones vitales. Como intoxicación aguda definimos toda exposición a estos productos que conlleva una acción lesiva sobre un sistema biológico, como es el organismo humano, independientemente de su vía de entrada. Estas intoxicaciones se producen con mayor frecuencia en lactantes y niños, y la vía involucrada más frecuentemente es la oral con un 80% de los casos. El tratamiento a instaurar en una intoxicación vendrá determinado por el agente causal. Pero siempre es aconsejable dirigirse al Servicio de Información Toxicológica o a un centro sanitario. 

La lejía suele ser motivo frecuente de intoxicación en el hogar, deparando lesiones corrosivas debidas a la alcalinidad del producto. Por contacto cutáneo la lejía produce irritación de la piel y mucosas, en cuyo caso se deben lavar las zonas afectadas con agua abundante y jabón neutro. Por inhalación en concentraciones altas pueden producir neumonía, tos, dificultad para respirar o disnea, e incluso edema agudo de pulmón. Junto a los productos de limpieza, lavavajillas, detergentes o limpiacristales; existen otros muchos potencialmente tóxicos que no debemos olvidar, como son las pilas, los pegamentos, o la tinta de bolígrafos y plumas.

Recuerde que este tipo de intoxicaciones constituyen la tercera causa de intoxicaciones agudas, después del alcohol y medicamentos. En el 85 % de los casos son en niños, situándose la edad de máximo riesgo entre los primeros meses de vida y los 5 años. Aunque en la mayoría de los casos las consecuencias no son graves, en algunos pueden llegar a ser mortales. La sintomatología es digestiva, produciéndose normalmente náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Como en otras muchas ocasiones el mejor tratamiento es la prevención. Mantenga los productos de limpieza fuera del alcance de los niños, en alturas o armarios cerrados, identificados y con los recipientes bien cerrados. Si se produce una ingesta accidental no administre líquidos, leche, ni otros productos que aconseja el saber popular. Si la ingesta ha sido muy pequeña y tiene dudas sobre la toxicidad del producto llame rápidamente al Servicio de Información Toxicológica, al teléfono 915620420.

En general lo más recomendable en las intoxicaciones domésticas es acudir inmediatamente al médico o a un servicio de urgencias. Si han quedado afectados los ojos, no utilice colirios ni pomadas oculares, lávelos con agua corriente durante 15 minutos y mantenga los párpados abiertos para que el agua arrastre los restos del producto. Si ha habido contacto cutáneo e irritación de la piel, lave la zona con agua abundante, corriente, en arrastre, durante 15 ó 20 minutos. 

No lo olvide: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre éstas y otras cuestiones relacionadas. Y recuerde que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso global de adecuación, efectividad y seguridad de los tratamientos con medicamentos.