La menopausia es un evento natural en la mujer, un período de transición cuando los ovarios dejan de producir óvulos. La menopausia, también conocida como climaterio, se produce entre los 40 y 55 años. Durante la menopausia, cesa la ovulación, eliminando la posibilidad del embarazo, y la menstruación se hace menos frecuente y finalmente se detiene. En algunas mujeres, la actividad menstrual se detiene repentinamente, pero por lo general va disminuyendo poco a poco en cantidad y duración del flujo, y frecuentemente los períodos menstruales se hacen más seguidos o más espaciados.
Los síntomas de la menopausia son provocados por cambios en los niveles de estrógeno y progesterona. A medida que los ovarios se tornan menos funcionales producen menos y el cuerpo reacciona a ello. Algunas mujeres experimentan pocos síntomas o ninguno, mientras que otras experimentan varios síntomas que van de leves a severos. Una disminución gradual de los niveles de estrógeno permite que el cuerpo se ajuste lentamente al cambio hormonal, pero en ocasiones se produce una disminución repentina del nivel de estrógeno, causando síntomas severos.
El estrógeno es responsable de la acumulación del revestimiento de la cavidad uterina. Durante los años reproductivos, este revestimiento se forma y luego se desprende mensualmente, provocando la mestruación. La disminución menopáusica en estrógeno impide que esta formación se produzca. Una reducción en el estrógeno está asociada con muchos efectos secundarios que pueden ser muy molestos.
Los sofocos causados por una liberación súbita de calor corporal y la resequedad vaginal, causada por el debilitamiento de los tejidos de la pared vaginal son los dos efectos secundarios más frecuentemente experimentados. Los cambios en el estado de ánimo y la falta de deseo sexual que están asociados algunas veces con la menopausia pueden resultar parcialmente de la disminución de la hormona, pero también pueden ser producto de la incomodidad asociada con los sofocos y la resequedad vaginal.
Además de estos dos efectos secundarios, existen otros que se pueden desarrollar durante meses o años. La disminución de los niveles de estrógeno incrementa el riesgo de osteoporosis, la cual a veces no se detecta hasta que se produce una fractura ósea. La disminución de los niveles de estrógeno que se ve con la menopausia también produce cambios en los niveles de colesterol que pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca de la mujer.
No lo olvide: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre éstas y otras cuestiones relacionadas. Y recuerde que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso global de adecuación, efectividad y seguridad de los tratamientos con medicamentos.