La toxoplasmosis es una de las infecciones más comunes que aunque en la mayoría de los casos puede ser asintomática, también se suele manifestar como un síndrome gripal. Normalmente, la infección activa ocurre sólo una vez en la vida y la persona se vuelve inmune por el resto de su vida. En el caso de la toxoplasmosis crónica, si bien el parásito permanece dentro del cuerpo por tiempo indefinido, generalmente no produce daños y se mantiene inactivo, a menos que el sistema inmunológico de quien lo lleva no funcione correctamente.
La toxoplasmosis cuando afecta a una mujer embarazada puede poner en peligro la salud del bebé. Los niños nacidos con toxoplasmosis congénita pueden presentar síntomas graves y mortales, o bien no presentar ningún síntoma en absoluto. Los síntomas incluyen inflamación de los ojos, que deriva en ceguera, ictericia grave, facilidad para formar hematomas, convulsiones, cabeza grande o pequeña y retraso mental importante. En ocasiones suelen aparecer asintomáticos en el momento del nacimiento, pero posteriormente presentan una amplia gama de signos y síntomas.
Para evitar el contagio de la enfermedad durante el embarazo existen una serie de sencillas medidas preventivas que reducen las probabilidades de que el bebé se infecte. La mujer embrazada puede prevenir la enfermedad evitando las fuentes conocidas de infección, principalmente la carne cruda o las heces de los gatos. Así, se aconseja no comer carnes crudas o poco cocidas, es conveniente lavarse las manos de inmediato después de manipular la carne, y evitar cualquier tipo de contacto con superficies que puedan estar contaminadas, como los utensilios de cocina.
Los gatos suelen contraer la infección al comer un roedor o un ave infectada, por lo que para evitar este hecho lo mantendremos dentro del hogar. Una vez infectado el gato, el parásito se reproduce en su intestino y es desechado en los excrementos. Por este motivo hay que evitar que las embarazadas limpien la caja donde el gato deposita sus heces, y dichas cajas debe ser renovadas cada día. Para que el gato no se contagie debemos evitar también que coma carnes crudas o poco cocidas.
Recuerde que la toxoplasmosis es una infección que puede ser prevenida mediante una serie de sencillos consejos. Además, en España, se realizan controles médicos a todas las mujeres embrazadas mediante una prueba analítica que detecta esta enfermedad. En el caso de que el contagio se produjese, existe tratamiento farmacológico que será establecido por el especialista.
No lo olvide: pregunte siempre a su farmacéutico, él le informará sobre estas y otras cuestiones relacionadas con la salud y el medicamento.