La lactancia materna proporciona el alimento ideal durante los primeros seis meses de vida del niño, pues le aporta todos los nutrientes, anticuerpos, hormonas, factores inmunitarios y antioxidantes que necesita para sobrevivir. Protege a los niños frente a la diarrea y las infecciones respiratorias y estimula sus sistemas inmunitarios. La Organización Mundial de la Salud insta a los países a emprender de forma inmediata y eficaz la aplicación de esta importante estrategia.
No amamantar al niño, y especialmente no alimentarlo exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida, es un importante factor de riesgo relacionado con la morbilidad y la mortalidad infantiles. Esos factores de riesgo se ven agravados cuando los lactantes no reciben una alimentación complementaria apropiada a medida que van creciendo. Los niños malnutridos corren el riesgo de caer enfermos más a menudo y también está asociado al mal rendimiento escolar, la baja productividad y el retraso del desarrollo intelectual y social.
La lactancia materna durante el primer medio año de vida y el mantenimiento de la lactancia, complementada con los alimentos apropiados, puede contribuir en gran medida a que disminuya el número de niños menores de cinco años que mueren por malnutrición.
La estrategia insta a que se alimenten exclusivamente con leche materna a un mayor número de niños. En la actualidad, solo el 35% de los lactantes de todo el mundo reciben exclusivamente leche materna durante los cuatro primeros meses de vida. Demasiado a menudo, la alimentación complementaria empieza demasiado pronto o demasiado tarde, y en muchos casos los alimentos son nutricionalmente inadecuados e insalubres.
No lo olvide: pregunte siempre a su farmacéutico, él le informará sobre estas y otras cuestiones relacionadas con la salud y el medicamento.