La eficacia de las plantas medicinales se debe a que contienen unas sustancias útiles para ciertas dolencias. A estas sustancias la medicina tradicional las denomina principios activos. A pesar de su origen natural, siempre que se toma una planta medicinal hay que saber que tienen una serie de acciones o efectos igual que el resto de medicamentos.
Muchos medicamentos contienen principios activos que se encuentran en plantas medicinales, y que reproducidos en un laboratorio y con una forma farmacéutica determinada dan lugar a las especialidades farmacéuticas. Existe una falsa creencia de que lo natural es inocuo y no tiene efectos secundarios. En realidad el uso de las plantas medicinales requiere el
asesoramiento de un profesional sanitario que analice la situación de cada paciente a la hora de iniciar un tratamiento. Además las plantas medicinales, como medicamentos que son, deben usarse racionalmente.
Hay que estar seguros de que se utiliza exactamente la planta que necesitamos, porque la naturaleza presenta muchos parecidos. El farmacéutico por su preparación conoce las plantas medicinales y cuándo y cómo deben utilizarse.
La cantidad de sustancias activas que contiene una planta sin cortar puede ser muy variable. Depende de la cantidad de sol y agua que recibe, del suelo donde se encuentre y otros factores. Y por supuesto una vez cortada, el tiempo que transcurra hasta que se utiliza y de las condiciones en que se ha conservado hasta llegar al consumidor.
Por ello, para garantizar que una planta medicinal tenga el efecto que buscamos al tomarla, debe pasar por los controles que exige la Ley para los medicamentos. Sólo de esta forma podremos garantizar que es útil para curar.
Las plantas medicinales se encuentran en las farmacias bajo distintas formas farmacéuticas, sobre todo en forma de cápsulas que contienen en su interior polvos vegetales.
Por último recuerde que si está tomando otros medicamentos debe comunicar a su médico si va a utilizar plantas medicinales, ya que pueden producirse interacciones entre ambos. Los ancianos, niños, embarazadas o madres lactantes no deben utilizar medicamentos a base de plantas medicinales sin consultar previamente a su médico o farmacéutico.
Cuando utilice una planta medicinal recuerde que utiliza un medicamento.