El bombardeo de los “productos milagro” ha supuesto para los farmacéuticos un motivo de especial preocupación, por una parte por la utilización de su prestigio sanitario como reclamo publicitario a la hora posicionar un tipo de productos en el mercado, pero principalmente por el riesgo que para la salud pública puede entrañar el empleo de los mismos.
Los farmacéuticos han realizado numerosas consultas durante los últimos 15 años ante la Administración Sanitaria. La preocupación del Consejo General de Farmacéuticos, nos ha llevado a plantearnos la puesta en marcha del “Centro de detección y control de Productos Milagro”, de la Organización Farmacéutica Colegial a disposición del farmacéutico.
¿Qué son los productos milagro?
En los últimos años, la sociedad se ha visto invadida por productos de diferente naturaleza y presentación, que se posicionan en el mercado en virtud de supuestas propiedades curativas o preventivas de todo tipo de dolencias o problemas de salud.
Se trata, en definitiva, de productos que no cumplen las reglamentaciones Técnico-Sanitarias y cuya publicidad ofrece al consumidor acciones que no se corresponden con la realidad, ya que si las tuvieran, serían medicamentos.
Algunos ejemplos:
- jalea real, como producto contra el cáncer.
- pulseras magnéticas, contra la artrosis y la hipertensión.
- agua imantada, para la disolución de cálculos de riñón.
- pinzas para dejar de fumar.
- sustancias vegetales, para potenciar la capacidad sexual.
- productos, para adelgazar sin esfuerzo.
- alimentos, para mejorar el rendimiento físico, que no justifiquen su acción.
Aunque diferentes, todos estos productos denominados “productos milagro” tienen características comunes:
· Se dan a conocer mediante una publicidad agresiva, frecuentemente engañosa.
· Se diseñan y comercializan, aprovechándose de dudosas interpretaciones y lagunas evidentes en las reglamentaciones sanitarias.
· Utilizan la ingenuidad y la sugestión de las personas que creen poder conseguir el efecto deseado sin esfuerzo alguno (dejar de fumar, adelgazar, efectos afrodisíacos, conciliar el sueño,...)
· Se comercializan en multitud de establecimientos, utilizando en ocasiones el prestigio que tienen las instalaciones de carácter sanitario y los profesionales que las dirigen.
Ciertos productos, originan una mejoría inicial de carácter relativo y transitorio, que está motivada fundamentalmente por un estado de ánimo favorable, carente de bases científicas objetivas, por un simple efecto placebo. Se produce un engaño al consumidor, ya que la utilización de estos “productos milagro” se traduce en una perdida de dinero, sin la obtención de los resultados anunciados.
Sin embargo, en muchas ocasiones, el empleo de los “productos milagro” produce un perjuicio para la salud por seguirse una terapia inadecuada o por ocasionar una disfunción o abandono de tratamientos previamente establecidos por el médico, sin olvidar que para ciertas enfermedades, el tiempo es un factor decisivo y el uso de “productos milagro” puede retrasar o impedir el inicio del tratamiento idóneo en el momento más adecuado.