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Nueva pieza elaborada por RTVE Verifica y el Consejo General de Colegios Farmacéuticos fruto del acuerdo suscrito entre las dos instituciones para luchar contra la desinformación y los bulos en Salud y sobre el medicamento.
La norma general es que las personas en tratamiento crónico con anticoagulantes antivitamina (AVK) como acenocumarol –Sintrom®– u otros medicamentos con warfarina y que mantengan controlado y estable el índice internacional normalizado (INR) con valores de entre 2 y 3 pueden recibir la vacunación intramuscular sin problema y seguir con su pauta de tratamiento anticoagulante normal. En caso de que el paciente tome anticoagulantes de acción directa como pueden ser dabigatrán, apixabán, rivaroxabán y edoxabán que no necesitan controles específicos tampoco debe suspender el anticoagulante. Bastará con administrar la vacuna lo más tarde posible desde la última dosis de anticoagulante. Es decir, justo antes de la siguiente.
Conviene subrayar que la recomendación de la vacuna frente a la COVID-19 en los pacientes que reciben anticoagulantes es aún mayor que en la población general de su misma edad. Los beneficios de prevenir la enfermedad superan ampliamente a los riesgos, sobre todo de hematoma en la zona de la inyección. Así lo defienden diversas sociedades científicas, como la Sociedad Española de Cardiología o la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia.
La única contraindicación que comparten todas las vacunas frente a la COVID-19 es la de tener un historial de reacciones alérgicas graves como, por ejemplo, la anafilaxia a algún componente de la vacuna. La anafilaxia consiste en una reacción alérgica extremadamente grave que afecta a todo el organismo y se instaura a los pocos minutos de haber estado expuesto al alérgeno. Podría definirse también como una reacción «explosiva» del sistema inmune hacia un agente externo.
La composición completa de cada vacuna puede consultarse en la web de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios: https://cima.aemps.es/cima/publico/lista.html
Además, la vacunación NO está contraindicada en personas con otras alergias: alimentarias, a animales e insectos, alérgenos del ambiente, látex u otras. Sobre el riesgo de trastornos de la coagulación y trombosis con las vacunas Vaxzevria® (AstraZeneca) y Janssen (COVID-19 Vaccine Janssen®) hasta ahora no se han identificado enfermedades previas que predispongan o contribuyan a desarrollar este efecto adverso, que es muy poco frecuente. Tampoco está contraindicado su uso en personas con antecedentes de trombosis y en tratamiento anticoagulante. Solamente NO debe usarse en personas que hayan experimentado un síndrome de trombosis con trombocitopenia tras recibir la primera dosis.
En resumen, en la vacunación de pacientes anticoagulados sólo hay que tener las precauciones relativas a su administración por vía intramuscular. Son medidas bien conocidas desde hace tiempo y son las mismas que se tienen en cuenta a la hora de administrar otros medicamentos, incluida la vacuna de la gripe. Se recomienda la inyección con aguja fina en el músculo deltoides, por estar menos vascularizado que el glúteo, siguiendo la técnica de punción en Z (estirando la piel justo antes), y apretar después firmemente durante 2-5 minutos en la zona del pinchazo, para reducir el riesgo de hematomas (1).
Por último, como el resto de la población, las personas en tratamiento anticoagulante que hayan sido vacunadas no están protegidas al 100% frente a la COVID-19 y deben seguir manteniendo las medidas de prevención de las 6M: Mascarilla, Manos lavadas con frecuencia, Menos contactos, Más ventilación y Me quedo en casa (si tengo síntomas, espero resultados, me han diagnosticado o he tenido contacto con un enfermo de COVID-19).
En caso de duda por parte de los pacientes anticoagulados, deben consultar con el personal clínico responsable de su tratamiento.
¡Súmate a la lucha contra los bulos!
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