El resfriado también es conocido como catarro, constipado o coriza. Es una infección de las vías respiratorias superiores, que provoca un síndrome característico, en general leve y autolimitado. Conocer las causas que han originado el resfriado es fundamental a la hora de decidir el tratamiento adecuado.

En la mayoría de los casos el resfriado es de origen viral, aunque las bacterias también pueden producir un catarro. Lo que ocurre con frecuencia, es que las bacterias que normalmente habitan en las vías respiratorias, aprovechan la debilidad del sistema inmune durante la invasión viral y producen una coinfección. Por este motivo recuerde que los antibióticos son ineficaces contra cualquier infección viral, así que solamente serán de utilidad en caso de que el origen sea bacteriano o para tratar cualquier infección bacteriana secundaria.

Los síntomas más habituales con que cursa un resfriado son inflamación de alguna o de todas las vías aéreas, incluyendo la nariz, la laringe y, a menudo, la tráquea y los bronquios. La faringitis se suele presentar de forma precoz. Además, el paciente presenta, entre otros, malestar general, fiebre, obstrucción y picor nasal, estornudos, dolor de garganta, tos, afonía, dolor muscular, de oídos o de cabeza.

En cuanto al tratamiento, en el caso del resfriado no existe ni vacuna efectiva ni tratamiento etiológico, por lo que las alternativas disponibles se limitan exclusivamente al control de los síntomas. Existen combinaciones para aliviar todos los síntomas con un solo producto, pero se han de administrar con precaución e individualizando los tratamientos ya que pueden no ser necesarios todos los principios activos, puede que las dosis no esté siendo eficaz o pueden existir interacciones con otros medicamentos o patologías del paciente.

Junto al tratamiento farmacológico de los síntomas existen una serie de recomendaciones que nos ayudarán a combatirlos. En primer lugar es aconsejable guardar reposo, evitar los cambios bruscos de temperatura y evitar un exceso de ropa de abrigo, que puede dificultar la disipación del calor corporal a través de la piel. Además debemos aumentar el consumo de líquidos, pero evitando bebidas muy frías o calientes. Debemos también cubrir la garganta y la boca, no forzar la voz y, por supuesto, no fumar. También es recomendable tomar caramelos para aumentar la producción de saliva y disminuir la sensación de irritación de garganta.

No lo olvide: pregunte siempre a su farmacéutico, él le informará sobre estas y otras cuestiones relacionadas con la salud y el medicamento